En el vasto mosaico cultural de España, Aragón destaca por su rica historia, tradiciones únicas y una identidad muy marcada, en parte, por el uso de gentilicios característicos para referirse a sus habitantes.

Entre estos, el término ‘maño‘ resuena con particular fuerza, evocando inmediatamente la imagen de Aragón y sus gentes. Pero, ¿de dónde proviene la palabra ‘maño’ que está tan arraigada en el vocabulario aragonés?

POR QUÉ A LOS DE ARAGÓN SE LES CONOCE COMO MAÑOS

La Real Academia Española reconoce ‘maño’ como un gentilicio informal para los aragoneses, aunque admite que su origen es incierto. A lo largo de los años, diversas teorías han intentado explicar cómo este término se integró en el léxico para referirse a los habitantes de Aragón, cada una aportando una perspectiva diferente sobre la evolución lingüística y cultural de la región.

Una de las explicaciones más extendidas sugiere que ‘maño’ deriva de ‘magnus’, palabra latina que significa ‘grande’ o «magno’. Esta teoría, aunque atractiva por asociar a los aragoneses con la grandeza, enfrenta el escollo de que la letra «ñ» no existía en latín, siendo un desarrollo posterior en la evolución del español. Este cambio fonético, de «gn» a «ñ», es bien documentado, pero deja espacio para el debate sobre si realmente explica el origen de «maño».

Contrariamente, el historiador Guillermo Fatás cuestiona la solidez de esta teoría, sugiriendo que la conexión con ‘magnus’ no está tan clara. En cambio, Fatás, citando trabajos del Archivo de Filología Aragonesa, señala hacia una interpretación más fraternal del término. Según esta perspectiva, «maño» provendría de una evolución de la palabra «hermano», donde la desaparición de la sílaba inicial y la palatalización de la «n» habrían dado lugar al gentilicio tal y como lo conocemos hoy.

Esta teoría no solo se sustenta en cambios fonéticos históricos, sino también en el uso de «maño» y sus variantes en contextos que remiten a la hermandad más que a la magnitud. El profesor Francisco Ynduráin, en sus estudios, argumenta que el término adquiere un sentido de cercanía y familiaridad, similar al uso de «mano» o «manito» en Chile y México, respectivamente, donde expresan un vínculo fraternal.

Además, textos del Siglo de Oro español ofrecen ejemplos donde «maño» se utiliza en contextos que sugieren una relación de hermandad o camaradería, lejos de cualquier connotación de grandeza. Estos usos literarios fortalecen la idea de que «maño» podría haber evolucionado desde una expresión de afecto fraternal, más que como un derivado de términos latinos que aluden a la magnitud.

A pesar de las diversas teorías y el debate académico que rodea el origen de «maño», lo cierto es que este gentilicio ha trascendido su etimología para convertirse en un símbolo de identidad aragonesa. Ya sea evocando la grandeza o la hermandad, «maño» encapsula el espíritu de una comunidad que se enorgullece de su historia, su lengua y sus tradiciones.

Así, mientras los lingüistas continúan explorando las raíces de esta palabra, para los aragoneses y aquellos que sienten cariño por Aragón, «maño» seguirá siendo mucho más que un término: es una expresión de pertenencia, de cultura y de un profundo sentido de comunidad.