La ciudad de Zaragoza, situada en el nordeste de España, destaca por su rica historia y patrimonio cultural. No obstante, surge controversia en relación con su origen. La tradición popular atribuye a Octavio Augusto la fundación de la ciudad, pero ¿es esta afirmación realmente precisa? En este artículo, nos adentraremos en la historia de Zaragoza y evaluaremos si el emperador romano fue verdaderamente el fundador de esta icónica localidad.

Antecedentes históricos La historia de Zaragoza se remonta a siglos atrás, mucho antes de la llegada de Octavio Augusto. La ciudad se estableció en la antigua colonia íbera de Salduie, ya existente en el siglo III a.C. En esa época, Salduie constituía un destacado centro comercial y cultural en la región.

La llegada de los romanos a la península ibérica en el siglo II a.C. conllevó la conquista de Salduie. No obstante, en lugar de fundar una nueva ciudad, los romanos optaron por preservar y fortalecer la existente. La ciudad fue rebautizada como «Caesaraugusta» en honor al emperador Octavio Augusto, quien gobernaba en ese periodo.

La importancia de Caesaraugusta en el Imperio Romano fue innegable. La ciudad se convirtió en una de las principales urbes de la Hispania romana, destacando como centro administrativo, cultural y económico de gran relevancia. Sus calles, foros, teatros y acueductos atestiguan la magnificencia alcanzada durante esa época.

A pesar de la estrecha relación entre Octavio Augusto y Caesaraugusta, no podemos afirmar que el emperador fuera el fundador de la ciudad. Como ya mencionamos, Salduie existía mucho antes de la llegada de los romanos. Fue la conquista y la influencia romana lo que transformó la ciudad en Caesaraugusta, pero no puede considerarse como su fundador.

Además, evidencias arqueológicas respaldan esta aseveración. Los hallazgos en la zona revelan la presencia de asentamientos humanos previos a la llegada de los romanos, con restos de viviendas, herramientas y cerámicas de la época íbera.

ÉPOCA POSTERIOR A LOS ROMANOS

Durante la era visigoda, Zaragoza mantuvo su importancia. Sin embargo, con la llegada de los musulmanes en el siglo VIII, la ciudad experimentó transformaciones significativas. Bajo el dominio musulmán, Zaragoza floreció con la construcción de mezquitas, palacios y baños públicos, convirtiéndose en un centro cultural y académico relevante.

En el siglo XII, Zaragoza se convirtió en la capital del Reino de Aragón, viviendo un periodo de esplendor bajo la Corona de Aragón. Se erigieron monumentos notables como la Basílica del Pilar, la Catedral del Salvador, el Palacio de la Aljafería y la Lonja de Zaragoza.

En los siglos XV y XVI, Zaragoza siguió siendo un centro histórico y cultural destacado, con eventos como las Cortes de Aragón y celebraciones religiosas como las Fiestas del Pilar.

EDAD MODERNA Y CONTEMPORÁNEA

Durante los siglos XVIII y XIX, la ciudad experimentó cambios urbanísticos y arquitectónicos relevantes. En 1808, durante la Guerra de Independencia española, Zaragoza resistió un prolongado asedio francés, simbolizando valentía y resistencia.

En el siglo XX, Zaragoza experimentó un rápido crecimiento y desarrollo, destacando la Expo de Zaragoza en 2008, que dejó un legado arquitectónico en la ciudad.

En la actualidad, Zaragoza sigue siendo una ciudad vibrante y llena de historia, con monumentos como la Basílica del Pilar y la Aljafería, y una rica oferta cultural a lo largo del año. En conclusión, la existencia previa de Salduie y su transformación en Caesaraugusta indican que la ciudad ya existía antes de los romanos, atribuyendo la fundación a los antiguos pobladores íberos. Comprender la historia de Zaragoza es fundamental para apreciar plenamente su patrimonio cultural y legado.