Las comunidades de Navarra y Aragón enfrentan momentos de tensión debido al estado de alerta de los ríos Ebro y Arga, cuyas crecidas amenazan con afectar a varias localidades ribereñas. El sistema de control de estaciones de aforo del Gobierno de Navarra ha registrado niveles preocupantes con una crecida extraordinaria de ambos ríos, aunque poco a poco la tendencia es a la baja, lo que proporciona un ligero respiro a los habitantes de las zonas afectadas.

En Castejón, el río Ebro ha alcanzado una altura de 7,40 metros, arrastrando un caudal de 2.046 metros cúbicos por segundo, mientras que el río Arga, a su paso por Funes, registra 6,21 metros de altura con un caudal de 743,78 metros cúbicos por segundo. Por otro lado, el río Ega, en Andosilla, se encuentra en una situación de preemergencia con tres metros de altura y un caudal de 151 metros cúbicos por segundo.

LA LLEGADA DE LA CRECIDA A ARAGÓN

La preocupación crece en la Ribera Alta del Ebro ante cada crecida del río, siendo los datos registrados corriente arriba, especialmente en Logroño y Castejón, los que marcan el nivel de alerta en Aragón.

Las localidades de Novillas, Pradilla, Boquiñeni, Gallur, Alcalá, y Cabañas son algunas de las más afectadas año tras año por estas situaciones, enfrentando no solo el impacto económico sino también las consecuencias en la vida cotidiana de sus habitantes.

En Novillas, el primer pueblo aragonés afectado, el testigo del nivel del agua supera los 7 metros, una cifra significativamente superior a los 2 metros habituales, lo que subraya la magnitud del desafío que enfrentan las autoridades aragonesas ante la naturaleza impredecible del Ebro.

Las medidas de prevención y las polémicas en la búsqueda de soluciones duraderas son constantes, enfrentando el debate medioambiental con los perjuicios causados por los desbordamientos. En este contexto, se advierte a la población evitar acercarse a las proximidades de los ríos, no estacionar vehículos ni acampar en zonas de riesgo, así como tomar precauciones para proteger bienes y documentos importantes.

La mirada está puesta en la evolución del río Ebro, con la crecida extraordinaria prevista para llegar a Aragón este jueves, según informes de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Fuentes del gobierno aragonés aseguran que «están trabajando para que la situación tenga una respuesta coordinada y con medidas de prevención efectivas para minimizar el daño y proteger a las poblaciones vulnerables».

Los ayuntamientos se mantienen vigilantes del estado de las motas y del nivel del cauce, mientras que los vecinos y agricultores observan con preocupación el potencial impacto en sus propiedades y cultivos.