Durante siglos, la Torre Nueva de Zaragoza acompañó el día a día de los los zaragozanos. Situada en la actual plaza de San Felipe, esta torre mudéjar tenía un uso civil al estilo de las que se levantaron en muchas ciudades europeas para medir el tiempo. Y fue el primer gran edificio construido en la capital del reino en uno de los periodos de mayor esplendor de la ciudad, el siglo XVI.

Además de dar la hora, desde la torre se avisaba de incendios, o de los bombardeos franceses durante los Sitios. Lamentablemente, esta joya del mudéjar aragonés fue derribaba por el Ayuntamiento de la ciudad en 1892, justificando la decisión por la inclinación de la torre. El turricidio, como se llamó al derribo, suscitó la oposición de parte de la población y de numerosos intelectuales, como los hermanos Gascón de Gotor.

Ahora, En el 132º aniversario de la orden de demolición de la emblemática Torre Nueva, la Fundación Ingenio Azul anuncia la presentación de una Propuesta No de Ley en las Cortes de Aragón para volver a construir la icónica torre en Zaragoza.

A lo largo de los años, han ido surgiendo diferentes voces que claman por reconstruir el que fue uno de los grandes símbolos de la ciudad hasta su derribo. La Fundación Ingenio Azul, comprometida con la preservación y revitalización del patrimonio aragonés, ha trabajado arduamente para que este esfuerzo sea el definitivo.

De esta forma, la fundación ha encontrado los mecanismos necesarios para financiar el proyecto de manera privada y se encuentra en campaña para concienciar a los vecinos de la ciudad de Zaragoza sobre la importancia de transformar este deseo en realidad.

Desde la Fundación Ingenio Azul apuntan que «no se trata solamente de recuperar una pieza clave de la historia zaragozana, sino también de reforzar el tejido cultural y turístico de la ciudad«.

Por su parte, Emilio Parra, presidente de la fundación, ha destacado que creen «firmemente que Zaragoza merece recuperar uno de sus monumentos más queridos. La construcción de la Nueva Torre Nueva no solo honrará nuestro pasado, sino que también proyectará un futuro lleno de oportunidades culturales y económicas para nuestra ciudad«.

APOYOS A LA FUNDACIÓN

La Fundación Ingenio Azul ha contado con el apoyo de diversos sectores de la sociedad, incluyendo historiadores, arquitectos, y ciudadanos que han manifestado su entusiasmo por el proyecto. En colaboración con la Universidad de Zaragoza y supervisado por el profesor Juan Antonio Ros, se ha desarrollado un estudio que establece las pautas para volver a construir la Torre Nueva, respetando en gran medida su aspecto externo.

El interior de la Torre será actualizado con un ascensor transparente, y el edificio será completamente ignífugo. La nueva torre incluirá el chapitel desmochado en 1878 y mantendrá su inclinación característica de 2,7 metros, similar a la Torre de Pisa, lo que atraerá a turistas y enriquecerá la ruta mudéjar de la ciudad.

La presentación de la Propuesta No de Ley coincide con una creciente tendencia en Europa de reconstruir monumentos históricos, como el Palacio de los Reyes de Prusia en Berlín, que ha demostrado ser un éxito cultural y económico.