La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, ha comparecido a primera hora de la mañana en la margen del Ebro para dar a conocer el estado de la crecida del Ebro a su paso por Zaragoza. En estos momentos, el Ebro avanza en su pico de crecida más alto, con 1.600 metros cúbicos por segundos, y será a partir del medio día cuando empiece a descender.

El Ayuntamiento activó ayer el Plan Municipal de Protección Civil en fase de ‘alerta amarilla’ como medida de prevención ante la esperada crecida ordinaria del río a su paso por la ciudad. Gracias a una efectiva colaboración de los servicios municipales, coordinados por bomberos y protección civil, se ha podido anticipar los posibles daños que causaría la crecida.

«El dispositivo ha funcionado», explicaba la alcaldesa, con la anticipación y la buena coordinación como claves en esta actuación.

La alcaldesa ha pedido extremar la precaución y evitar acercarse a la ribera durante todo el día. “La estampa es muy bonita y cuando el Ebro viene con esta altura muchos zaragozanos quieren tomar imágenes. Tenemos que pedirles que las tomen con distancia, con precaución, porque el río lleva mucha fuerza hoy”, ha subrayado.

MEDIDAS PREVENTIVAS

Los esfuerzos para anticipar la crecida se centraron en una atención prioritaria en zonas especialmente vulnerables, como las urbanizaciones de Torre Urzáiz, Doña Sancha, la desembocadura de Huerva, Vadorrey y el Parque Deportivo Ebro. También se ha puesto énfasis en áreas como Alfocea y Monzalbarba.

Para los vecinos de la margen izquierda del Actur que tienen garajes se han cedido hasta 800 estacionamientos provisionales para que pudieran llevar sus coches como medida de prevención. La alcaldesa también ha explicado que los servicios de emergencias han balizado o cortado algunos puntos con riesgo de inundación como la desembocadura del Gállego o el acceso a los Galachos de Juslibol parta evitar que los vecinos se acercaran a la zona.