El paseo de la Independencia, en el corazón de Zaragoza, se ha despedido de dos de sus establecimientos más emblemáticos: la papelería S.B. y la tienda de decoración Isana. Ambos pertenecientes a la misma familia, cerraron sus puertas de manera definitiva, marcando así el fin de una era en el comercio tradicional del centro de la ciudad. Esta situación no es ni mucho menos nueva para el emblemático Paseo Independencia de Zaragoza.

La considerada milla de oro de la ciudad brilla más que nunca con la llegada constante de grandes marcas multinacionales que dominan la principal arteria comercial de la ciudad pero ya hace tiempo que ha dicho adiós a los negocios locales y familiares. Este tramo se ha convertido en el epicentro de las firmas multinacionales, siendo prácticamente las únicas capaces de afrontar el elevado coste por metro cuadrado, que es el más caro de la ciudad.

Además, se espera que en un futuro cercano, los pocos locales disponibles también sean ocupados por franquicias o fondos de inversión. Según los datos de la consultora CBRE, más del 81% de los locales de la vía ya están ocupados por grandes marcas. CBRE reporta un total de 53 locales a lo largo de ambas aceras de la Avenida de la Independencia, de los cuales 10 de ellos están ocupados por marcas de origen aragonés, algunos son estancos, administraciones de loterías, farmacias y El Rincón. Excluyendo estos establecimientos, la «milla de oro» cuenta solo con tres tiendas locales en total: Paquita Ors, Sanci y Reija.

De los 53 establecimientos comerciales, actualmente solo hay dos disponibles: el número 27, donde se encontraba la antigua tienda de Vodafone, que ha estado en el mercado durante algún tiempo con un costo de alrededor de 20.000 euros al mes hasta hace poco; y el número 35, la antigua sede de Telefónica, que se esperaba que fuera ocupada por Primark hasta que la propietaria del edificio, Torcalena, no llegó a un acuerdo con la marca. Esto significa que solo hay un 3% de disponibilidad en esta vía comercial.

Lo que está sucediendo en la mayoría de las ocasiones, en el adiós de marcas y empresas familiares en el Paseo de la Independencia, es la jubilación de los propietarios y la falta de relevo generacional. Estos últimos días ha sucedido con los dos negocios que han cerrado, donde los locales han sido testigos de un frenesí de ventas, con descuentos del 30 % en todos los productos para vaciar las estanterías antes del cierre definitivo.

Estos establecimientos han sido un punto de referencia para miles de personas a lo largo de los años, especialmente durante la época de regreso a clases, donde padres, alumnos y profesores confiaban en la papelería S.B. para abastecerse de material escolar de calidad.

Su cierre es, sin duda, un recordatorio más de la transformación que está experimentando el centro de Zaragoza, con la llegada de grandes cadenas y franquicias que están desplazando gradualmente al comercio tradicional.

Las calles Alfonso o Don Jaime también están siendo testigos de este cambio, con la llegada de nuevas marcas y la despedida de negocios clásicos que han sido parte del tejido urbano durante décadas. Es un cambio inevitable que refleja la evolución del paisaje comercial de Zaragoza, aunque también deja un sentimiento de nostalgia por el cierre de establecimientos que han sido parte de la vida cotidiana de la ciudad.