El barrio de Parque Venecia en Zaragoza se encuentra junto al conocido como «barranco de la muerte«, la rambla de agua que volvió a su cauce el pasado jueves por las fuertes lluvias de la tarde del jueves. Según los expertos, esta situación ha influido de manera decisiva en la gran riada provocada por la lluvia torrencial y podría haber sido una catástrofe mortal. Consideran los técnicos, tanto geólogos como geógrafos, del peligro de construir infraestructuras tan sensibles como un colegio y un supermercado «sobre el brazo geomorfológico de un barranco».

Según el geólogo Brahim Harrak, la falta de vegetación en las montañas ha facilitado el paso del agua: «Esto ha contribuido a una mayor erosión del agua, permitiendo que fluya con mayor facilidad, arrastrando piedras y tierra, y aumentando el peligro de este torrente». Durante su trayecto, el agua acumulada por la tormenta cruzó las vías del AVE y el estacionamiento de Puerto Venecia antes de llegar a la carretera Z-30, que se construyó sobre el barranco. En este mismo recorrido se encuentra el colegio María Zambrano, el cual sufrió grandes daños por el agua. El brazo del barranco gira justo en este punto. Por suerte, a esa hora se habían terminado las colonias escolares que hay durante el periodo no lectivo y que se celebran de mañana.

«Se debe replantear la ordenación del territorio en áreas donde no se deberían construir instalaciones de este tipo. Se debería retirar lo existente, sin importar el costo. Porque si este evento hubiera ocurrido en pleno período académico, no sabemos qué podría haber pasado«, indica Rafael Martínez, presidente del Colegio de Geógrafos. Por su parte, Sergio Revilla, geólogo, explica que este tipo de barrancos son lugares que, cuando se llenan de agua, provocan fenómenos extremos como inundaciones repentinas que causan daños materiales y personales.

Desde el Colegio de Geólogos señalan que es necesario reconsiderar la planificación del territorio «para destinar usos como colegios y áreas de salud a lugares menos propensos a estos fenómenos extremos, ya que en el contexto del cambio climático la probabilidad de estos eventos será más fuerte y recurrente». También destacan que los estudios cartográficos deben ir acompañados de «políticas que estén en consonancia con este tipo de sucesos». Y recuerdan: «La naturaleza siempre buscará su propio camino».

Este barrio cuenta con un tanque de tormenta, un depósito subterráneo de gran capacidad diseñado para almacenar las primeras aguas de lluvia. Sin embargo, el volumen de agua registrado el jueves, 20 litros por metro cuadrado en solo 10 minutos, fue tan elevado que esta instalación no fue suficiente. En Zaragoza existen en total cuatro tanques de tormentas.

Otros expertos consultados insisten en que hay que replantear el barrio de Parque de Venecia y la Z30 a su paso por el barranco de la muerte. Es necesario -cuentan las fuentes- que Zaragoza desarrolle un plan de emergencia para hacer frente a las lluvias torrenciales y que debería analizar la nueva hidrología resultante de la urbanización actual, identificar los puntos críticos de acumulación de agua y aplicar criterios de urbanismo sostenible.

Algunas medidas recomendadas incluyen utilizar pavimentos permeables para permitir la absorción del agua, así como recuperar la red de acequias existente para redirigir los flujos de agua lejos de las vías y las áreas habitadas. En conjunto, insisten en tomar medidas proactivas para minimizar los impactos de las inundaciones que podrán repetirse con cada vez más frecuencia.

*Lee aquí el reportaje sobre el barranco de la muerte: el lugar de la Z30 y Parque Venecia que pudo haber sido una tragedia mortal por las fuertes lluvias