El máximo de la crecida del Ebro pasa por la ciudad de Zaragoza con un caudal de 1633 metros cúbico por segundo, según los datos recogidos por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

La entidad hidráulica ha estimado que a última hora de este viernes, 1 de marzo, la avenida del río llegará a la localidad de Villafranca de Ebro y este sábado, por la mañana alcanzará Gelsa para posteriormente ser absorbido por el embalse de Mequinenza que, junto con Ribarroja (Valencia) y Flix (Tarragona), están laminando el episodio y manteniendo un caudal en el bajo Ebro estabilizado en unos 900 metros cúbicos por segundo

La CHE ha destacado, nuevamente, la gestión de los embalses antes y durante el episodio. En concreto, los de Ullibarri y Urrúnaga, en el País Vasco; Eugi, Alloz, Itoiz y Yesa, en Navarra, Mansilla, en La Rioja y en el Sistema de Mequinenza de Zaragoza, Ribarroja-Flix han sido capaces de reducir los caudales máximos aguas abajo de los mismos y aminorar las posibles afecciones.

Un ejemplo de ello es la significativa disminución de los caudales en el Zadorra en Vitoria, que hubieran sido de unos 350 metros cúbicos por segundo y se ha podido reducir a 100, o el caso del Ebro en Castejón, donde los embalses redujeron los caudales máximos de unos 2.450 metros cúbicos por segundo a 2.100.

Las precipitaciones previstas para los próximos días podrán dar lugar a nuevos repuntes de caudal en los afluentes de la margen izquierda del Ebro entre su cabecera y el Gállego, no obstante, serán todos ellos bastante menores que los de este último episodio de crecidas.

La cota de nieve, que se mantiene baja, hará que aumenten significativamente las reservar nivales en las cotas altas del Pirineo y que, por otro lado, las escorrentías no sean demasiado importantes en los afluentes pirenaicos.