Si damos un paseo por las principales zonas comerciales de la ciudad, una de las principales conclusiones que podemos sacar es que las tiendas de lujo no están presentes en las calles de Zaragoza. Salvo las firmas presentes en corners en El Corte Inglés de Sagasta, el mundo del lujo esquiva a la ciudad de Zaragoza. Independencia misma es el mejor ejemplo.

Pese a la reactivación de este eje como principal vía comercial de la ciudad con la apertura de los flaghig store de Zara y Primark en los próximos meses, en la avenida no hay rastro de firmas de lujo como Cartier, Chanel, Louis Vuitton, Hermes, Dior o Armani, a diferencia de avenidas similares en ciudades del mismo tamaño, o incluso más pequeñas que Zaragoza.

Hubo un tiempo que la zona de plaza de los Sitios llegó a ser una mini milla de oro. Nada comparable a la existente en otras capitales españolas y europeas, pero al menos, la zona estaba llena de tiendas, entre las que destacaban firmas como Loewe o Escada, además de varias joyerías de lujo que podrían estar perfectamente en la calle Serrano de Madrid.

Hoy, nada queda de aquello. La plaza de los Sitios ha dejado de ser la milla de oro de la moda para ser la milla de oro gourmet. Loewe, perteneciente a la multinacional del lujo Louis Vuitton, cerró su tienda de moda mujer de la calle Costa, abierta desde 1976. Tres años antes, había cerrado su tienda de moda masculina, situada en la misma calle. Carrión, una boutique local de firmas de lujo, también cerró en octubre de 2017, tras llevar abierta 75 años. Y Escada cerró en 2018 su tienda de Isaac Peral, poniendo la puntilla a la manzana del lujo de la capital aragonesa.

Carolina Herrera, Max Mara, Tarín, Paris 64 o la firma de mueble Roche Bobois, mantienen el nivel en la zona, junto a tiendas de precio medio/alto como Javier Simorra, Purificación García o Adolfo Domínguez. Pero del resto de firmas de lujo ni se les ve, ni se les espera.

Motivos para que las grandes enseñas del lujo pasen de largo de Zaragoza hay muchos y variados. Para empezar Zaragoza no tiene la misma afluencia turística que otras ciudades. Basta ver dónde tiene tiendas Louis Vuitton en la Península Ibérica. Además de Madrid, Barcelona y Lisboa, la cadena de lujo tiene puntos de venta en Valencia, Marbella, Ibiza o Palma de Mallorca, en claves turísticos de primer orden. Pero esa no es la única clave; ciudades como Burdeos, o Toulouse, en el sur de Francia, también tiene tienda de esta enseña (entre otras muchas).

Louis Vuitton
Luis Vuitton está presente en las principales ciudades turísticas españolas / Christian Wiediger en Unsplash

Ahí, y junto al impacto del turismo, también influye la actividad económica de la ciudad, y el nivel de renta de sus habitantes. Y en Zaragoza falta una masa crítica de clientes para poder mantener este tipo de negocios abiertos. La capital aragonesa es una ciudad de renta media; según el informe de indicadores urbanos de 2022 publicado por el Instituto Nacional de Estadística, la capital aragonesa registra 14.126 euros anuales de renta media por habitante, frente a los 26.367 de Pozuelo de Alarcón, la ciudad más rica de España.

Esta cifra es ligeramente superior a la media nacional, situada en 12.292, y no para de crecer. Pero aún así, es una renta media que queda muy lejos de crear una masa crítica que pueda mantener tiendas de lujo en la ciudad. Sí, en Zaragoza hay muchas personas de rentas elevadas, pero no las suficientes. Y eso es un problema no solo para las tiendas, sino también para poder tener una hostelería de alto nivel (basta comprobar cuantas estrellas Michelin tenemos en la ciudad), o servicios y espectáculos que sí que hay en ciudades similares o incluso más pequeñas.

Esa masa crítica con una elevada capacidad de gasto es la que tira del consumo, junto al turismo, tanto en tiendas de lujo como en restaurantes o en la oferta cultural de alto nivel; luego, las clases medias y medias/altas, acuden de forma ocasional a esos locales para darse un capricho, hacer un regalo o celebrar algo especial, complementando así el gasto de los clientes habituales. Es la cuadratura del círculo.

Además, tener dinero para gastarse en un bolso 3.000 euros no significa que quieran hacerlo en la ciudad. Al igual que Zaragoza tiene clientes procedentes de otras ciudades aragonesas, e incluso de comunidades autónomas limítrofes, también hay muchos zaragozanos que se van de compras a Madrid o Barcelona.

M.S, dependienta de una boutique de moda de la zona de la calle Zurita que prefiere mantener el anonimato, denuncia un problema que corre por muchas tiendas de nivel medio/alto de la ciudad. «Muchas clientes vienen a la tienda de Zaragoza a mirar vestidos, pero no los compran. Luego se los ves, y los han comprado en las boutiques de Barcelona o Madrid. Parece que les da más caché comprar esos artículos en otra ciudad, por la experiencia y por poder decir que lo han comprado en la calle Serrano, pero realmente, lo que hacen es que en Zaragoza no podamos tener esa oferta que luego demandan. Porque luego, porque son las primeras que se quejan de que en nuestra ciudad no hay una oferta comercial suficiente».

A nivel urbanístico, también hay limitaciones para la instalación de nuevas firmas, ya sean de lujo, o de low cost al haber una gran mayoría de locales de pequeño tamaño. La falta de locales grandes en las principales arterias comerciales ha retrasado durante años la apertura de grandes tiendas de cadenas low cost que suelen situarse junto a las firmas de lujo en muchas ciudades. En este sentido, Zara, Primark o H&M llevan mucho tiempo buscando locales de gran tamaño en el centro de la ciudad, sin que hayan podido materializarse hasta este momento en el caso de los dos primeros. Pero H&M, entre otras grandes cadenas, todavía no han encontrado su ubicación, un problema que afecta a la instalación en la ciudad de numerosas enseñas que no tienen todavía presencia en la capital aragonesa.