La reforma del Albergue Municipal de Zaragoza ya está en marcha tras la adjudicación de unas obras que se habían convertido en una reclamación histórica. El objetivo es ampliar, modernizar y dignificar las instalaciones para la atención de personas sin hogar. 

Los trabajos, que los realizará la UTE Albergue Rubio Morte-Orbe-Incliza, se iniciarán previsiblemente este último trimestre de 2023 cuando puedan empezar los trabajos, que tendrán un plazo de ejecución de 16 meses. 

Esta importante inversión se enmarca en el compromiso del Gobierno de Zaragoza por mejorar las políticas dirigidas a la inserción social de las personas sin hogar con una inversión anual de 600.000 euros. El Albergue Municipal es el centro neurálgico de estas políticas, que desde 2020 han sido impulsadas gracias a la puesta en marcha del Plan Social de Primera Oportunidad. Se trata de un ambicioso e innovador plan de carácter integral, que consta de tres ejes de actuación: vivienda, formación ocupacional y laboral, y cuidado de la salud. 

MEJORA DE LOS ESPACIOS

El proyecto de reforma no supondrá una ampliación relevante del número de habitaciones sino la mejora de los espacios, la accesibilidad, climatización y eficiencia energética. Todo ello garantizando la preservación del patrimonio arqueológico y la puesta en valor de los restos de la muralla medieval que se ubican en este entorno. 

El proyecto contempla dos actuaciones principales: la construcción de un nuevo edificio de recepción con entrada por la calle Alonso V y la restauración del antiguo Cuartel de San Agustín, el único de los cuatro inmuebles de este recinto histórico que se encuentra actualmente en desuso (los otros tres son el Centro de Historias, la Biblioteca María Moliner y el propio Albergue). Entre ambos edificios, el Albergue sumará 1.872,40 metros cuadrados

Por un lado, la recuperación del antiguo cuartel, de 949 metros cuadrados útiles, se levantará en tres plantas -sótano, baja y cubierta- y permitirá mejorar el control y la atención a los usuarios, con un área de acogida y servicios. 

Destaca también la construcción de un nuevo espacio de emergencias, para ofrecer alojamiento a cualquier persona ante inclemencias meteorológicas u otro tipo de situaciones de urgencia, sustituyendo las actuales estructuras prefabricadas por unas instalaciones de mayor calidad y confort. 

TIPOS DE ALOJAMIENTO

Para atender las demandas de alojamiento temporal, el Albergue Municipal de Zaragoza tiene una capacidad de 60 habitaciones para hombres con una extra si tiene mascota; doce para mujeres y; además 6 módulos individuales y 4 módulos familiares. 

La estancia ordinaria es de seis días cada tres meses, si bien el reglamento contempla excepciones para prorrogar la estancia en función de las posibilidades de inserción personal y social de los usuarios. Está abierto las 24 horas, los 365 días del año y se incluye desayuno, comida y cena; Servicio de lavadora, secadora, ropero, servicio de libros libres y acceso a Internet; así como está a disposición de los usuarios de una sala de estar y TV. 

Por otro lado, está la Casa Abierta, que está destinada a personas sin hogar que llevan viviendo largo tiempo en la calle y que sufren un grave proceso de deterioro físico y de otro tipo, que hacen inviable un proceso de inserción.   De este tipo hay seis plazas para mujeres y diez para hombres.

PRESTA SERVICIO DESDE 1989

El Albergue Municipal de Zaragoza presta servicio desde el año 1989 en una parte del antiguo Convento de San Agustín. Este es uno de los espacios con mayor carga histórica y cultural de la ciudad en el que se han encontrado restos íberos, romanos y musulmanes, además de haber sido lugar de asentamiento de la Orden de San Francisco y de San Agustín, a la que pertenecen los restos del siglo XVII que hoy se conservan. 

Se trata de un conjunto edificado en el siglo XIV sobre el solar del antiguo convento franciscano, que fue ampliado y reformado primero en el siglo XVI (sacristía, biblioteca y nuevo claustro) y posteriormente en los siglos XVII y XVIII. En 1978 el recinto pasó a ser propiedad municipal, en malas condiciones de conservación por su estado de abandono. A finales de la década de los ochenta, parte del antiguo cuartel de San Agustín fue rehabilitado como Albergue Municipal. Sin embargo, otros restos del convento siguen en estado de abandono.