El nuevo estadio de La Romareda está cada día más cerca de ser una realidad tras años de proyectos fallidos. Salvo sorpresa, por un posible recurso judicial a los pliegos de licitación para la construcción y explotación del campo, el Ayuntamiento de Zaragoza cerrará el concurso público el próximo mes de septiembre, en menos de tres meses. Durante este tiempo se está a la espera de que concurran a este concurso público los interesados en la construcción y explotación a 75 años del nuevo estadio.

Según se detalló el día de la publicación del pliego, el inicio de la construcción del nuevo estadio está previsto para el verano de 2024. Los pliegos establecerán un derecho de superficie de 75 años, un criterio que se considera «mejorable a la baja». El estadio contará con una clasificación de cuatro estrellas y deberá tener un mínimo de 42.500 asientos, con al menos 40.000 siempre disponibles.

Los proyectos podrán presentarse hasta el 15 de septiembre. Una vez que se adjudiquen las obras, habrá cuatro meses para presentar un proyecto básico y otro enfocado en las demoliciones. Después de ese plazo, se dispondrán de seis meses más para presentar un proyecto definitivo, lo que significa que el 15 de enero deberá estar listo el proyecto básico y el 15 de junio el proyecto definitivo.

En base a estos detalles del concurso público emprendido por el Ayuntamiento, fuentes municipales aseguran que cada día se sopesa la idea de que sólo habrá un único interesado y que son los propietarios del Real Zaragoza. Estos inversores, en su gran mayoría americanos salvo la excepción del aragonés Juan Forcén, ya están activando los mecanismos necesarios para captar los fondos suficientes para garantizar la inversión que ronda en los 140 millones de euros. Por el momento no ha habido ningún interesado de manera oficial en la licitación para la construcción y explotación del nuevo campo.

Aunque, según fuentes conocedoras del proceso, alguna llamada de interesados sí que se han realizado a personas informadas y con influencia en la ciudad de Zaragoza. Salvo esto, nada oficial ni con un interés real por participar en el proceso de construcción y explotación. Por lo que todo apunta a que, salvo sorpresa mayúscula, el Real Zaragoza y sus propietarios serán los únicos que se presenten al concurso y sean los adjudicatarios si se cumplen todas las premisas del pliego.

El adjudicatario del proyecto deberá pagar al Ayuntamiento una suma de 30,8 millones de euros, excluyendo el IVA. Este pago se realizará a través de un canon aplazado que se abonará de forma creciente. Durante los primeros cinco años habrá un período de carencia en el que no se realizará ningún pago, y a partir del sexto año se comenzará a diferir el canon, con un coeficiente de corrección del 0,8% anual, según explicó el concejal.

Además, se requerirá una fianza provisional del 1% al inicio de la obra y una fianza definitiva del 5% sobre la construcción. En caso de que el adjudicatario desee hipotecar el derecho de superficie, el Ayuntamiento de Zaragoza exigirá un aval sobre dicha hipoteca, lo que garantizará que, en caso de algún problema futuro, el Ayuntamiento podrá completar la construcción del campo de fútbol con la ayuda de ese aval. Esto elimina el riesgo de qué sucedería si el adjudicatario entrara en un concurso.