El Lehendakari, Iñigo Urkullu, ha lamentado este lunes que su comunidad autónoma, el País Vasco, tenga el «triste honor» de «sufrir» el 50% de todas las huelgas de España y que además haya determinados agentes sindicales que se enorgullezcan de ello.

Durante su intervención en el ‘Foro Expectativas Económicas’, organizado por El Correo y el Banco Santander en el Palacio Euskalduna de Bilbao, ha asegurado que él entiende el ejercicio de la política «desde la máxima responsabilidad, honestidad, ejemplaridad, seriedad y respeto«. Pero a su juicio las huelgas, que deberían ser «excepcionales» se han convertido la «práctica habitual». «Primero la huelga y luego todo lo demás. Es incomprensible», ha aseverado.

No obstante, ha destacado que, «por desgracia», la demagogia, los populismos y la política «del espectáculo ganan cada vez más protagonismo en la sociedad, más espacio informativo» y ha asegurado que frente a eso, él se mantendrá en «el debate sereno».

PREVALENCIA DE CONVENIOS AUTONÓMICOS

A su juicio, es «paradigmático» que se haya conseguido «hacer realidad una reivindicación histórica», a través del acuerdo del PNV y del PSOE, como «la prevalencia de los convenios autonómicos» y el avance en el marco vasco de relaciones laborales, que por primera vez han sido aceptados.

Iñigo Urkullu ha afirmado que es «una buena noticia para Euskadi». «Ahora bien, las fuerzas sindicales que se autodefinen como ‘mayoría sindical vasca’ siguen sin querer participar en la Mesa de Diálogo Social Vasca. Es incomprensible», ha insistido.

En su opinión, todo responde «a una estrategia deliberada y, por cierto, coincidente también con el Plan Político de Sortu 2023-2024», documento en el que la formación de la izquierda abertzale menciona «la huelga convocada el pasado jueves», la organizada por el Movimiento Feminista.

Urkullu ha criticado que en ese Plan se establezca una estrategia basada en términos como «malestar social permanente», «asalto al poder» o «vía unilateral», algo que hay que «tener muy presente» porque «es una estrategia deliberada orientada a difundir una imagen social catastrofista y negativa de la realidad vasca que nada tiene que ver» con la que se vive.

En este sentido, ha defendido la política «basada en datos objetivos, no en percepciones interesadas», y ha apostado por el intercambio de opiniones «a través de un debate sereno y que se cumpla lo pactado».

LA PALABRA DADA FRENTE A «REPRESENTACIONES TEATRALES»

«Si no respetamos la palabra dada, ¿qué nos queda?. No puedo entender la política de otra manera. La necesidad de respuestas inmediatas, los llamativos titulares y las representaciones teatrales
condicionan la realidad», ha añadido, para asegurar que siempre luchará «contra eso», porque «choca» con su premisa de abordar un debate basado en el respeto y la tranquilidad».

Por ello, no renuncia a mirar «el futuro con un espíritu constructivo y positivo» porque es optimista. Ante los retos «de gran calado, a corto, medio y largo plazo» a los que se enfrenta Euskadi, ha asegurado que la respuesta del Gobierno Vasco «es la acción».

«La legislatura no termina hasta el último día. Tenemos trabajo por delante. Es un mensaje que repito cada vez que tengo oportunidad. Todavía debemos finalizar lo comprometido. Es nuestra manera de entender la política. Tenemos un contrato social que nos compromete ante la sociedad vasca y que vamos a cumplir», ha asegurado.