La pandemia no sólo ha supuesto un varapalo para el sector hotelero, con ocupaciones bajo mínimos en épocas clave como la Semana Santa. Además, ha cambiado de forma drástica la manera que tienen los clientes de planificar sus estancias.

Una vez finalizado el estado de alarma y con datos de reservas en zonas de playa que invitan a la esperanza en el sector, el caso de los hoteles de Zaragoza merece un análisis aparte. A día de hoy, las habitaciones ocupadas para el mes de mayo se sitúan en torno a un 25%, como explican desde la Asociación de Empresarios de Hoteles de Zaragoza y Provincia (HORECA), según el sondeo realizado.

Se trata, por tanto, de una recuperación «tímida» del volumen de reservas, tal como señala el secretario general de la Asociación, Jesús Boíllos. Pero es, además, engañosa: «El 40% de las reservas se está formalizando con menos de 24 horas de antelación», anuncia.

Esto da a entender una evolución favorable, que no obstante está condicionada a incertidumbres que todavía existen en el gremio como la sensación de seguridad de los viajeros y las posibilidades de movilidad. En todo caso, queda lejos la ocupación hotelera que se obtendría en un mes de mayo normalizado, previo a la pandemia, que Boíllos sitúa «entre un 55% y un 60%».

«Estamos más cerca de llegar a cierta normalidad, pero los informes externos indican que no será hasta 2024 cuando alcancemos un grado de actividad similar al de 2019«, apunta el secretario general de la organización hotelera. Aquí entran factores que deben fraguarse para la recuperación, como son los viajes en grupo, el turismo internacional o la actividad de congresos y ferias.

AYUDAS BIENVENIDAS

Respecto a las ayudas anunciadas estos días a la hostelería y al turismo, tanto por parte del Gobierno de Aragón, con una dotación total de 50 millones de euros, como del Ayuntamiento de Zaragoza, que suma otros 3,6, desde la asociación de hoteles se han recibido con agradecimiento por el «esfuerzo realizado», así como por la coordinación llevada a cabo por las distintas administraciones, «algo que desde el principio habíamos defendido», indica Boíllos.

No obstante, el secretario general de la organización recuerda que «el daño económico es muy amplio, alcanza los 160 millones de pérdidas en el sector hostelero aragonés». Por ello, «hay que seguir trabajando», dado que «el escenario de recuperación real de las empresas todavía está por venir», concluye.