El juicio al futbolista Dani Alves acusado de presuntamente agredir sexualmente a una joven en una discoteca ha empezado este lunes a las 10.30 horas en la Audiencia de Barcelona, protegida por un amplio dispositivo de seguridad con motivo de la vista.

Alves, que se enfrenta a una petición de condena de 12 años de prisión, ha llegado al Palacio de Justicia con una furgoneta de los Mossos d’Esquadra que lo ha trasladado desde la cárcel de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), donde está en prisión preventiva por esta causa desde hace un año y 15 días.

La defensa del futbolista Dani Alves ha pedido suspender el juicio porque considera que un «juicio paralelo en los medios de comunicación» ha vulnerado su derecho a la presunción de inocencia. Su abogada, Inés Guardiola, lo ha argumentado en el trámite de cuestiones previas al inicio del juicio y el tribunal lo decidirá después de un receso. Guardiola ha entregado al tribunal unas 450 noticias sobre la causa, que a su parecer han supuesto «un goteo constante para presentar al señor Alves como agresor sexual, abocándole a una condena pública».

La defensa también considera vulnerado el derecho a un juez imparcial porque cree que la jueza que instruyó la causa estuvo «contaminada por los medios de comunicación».

En ningún momento se ha visto entrar al ex futbolista al interior del Palacio de Justicia, no ha subido por la escalinata ni ha entrado por la puerta principal, y el furgón ha accedido directamente por el acceso trasero, evitando a la prensa.

Tras unos minutos en los calabozos del Palacio de Justicia, los Mossos han llevado a Alves hasta la sala de juicio siguiendo un recorrido distinto al habitual para los presos enjuiciados en este tribunal.

Ha sido ya en el interior de la sala cuando los medios gráficos han podido captar las primeras imágenes del brasileño. Alves ha reaparecido vestido con una camisa blanca, unos tejanos y unas zapatillas de deporte también de color blanco. 

El brasileño llega al juicio después de haber cambiado hasta cinco veces de versión: ha pasado de defender que no conocía de nada a la víctima a alegar que las relaciones fueron consentidas, que había bebido más de la cuenta esa noche y que no era consciente de sus actos.