En el País Vasco, donde la población alcanzó los 2.196.745 habitantes a finales de 2023 según el Instituto Vasco de Estadística, el euskera, lengua ancestral de la región, enfrenta una paradoja sorprendente. El 13% de los hogares vascos hablan el euskera y el 17,8% lo considera su primera lengua, el total de hablantes son 750.000 personas. ¿Cómo es esto posible? La respuesta radica en la diáspora vasca que ha llevado el idioma más allá de las fronteras regionales. Sorprendentemente, estos apellidos llegaron incluso fuera de la península ibérica.

LA ANTIGUEDAD DEL EUSKERA

Se trata de uno de los idiomas más antiguos de Europa, con orígenes desconocidos y sin influencias identificadas. La emigración ha extendido el euskera a países donde un 10% de los antepasados tienen raíces vascas, destacando su presencia en un país en particular.

Actualmente, hay más de 153 Euskal Etxeak o ‘casas vascas’ en todo el mundo, según el Gobierno Vasco. Estas casas, distribuidas en 19 países además de España, tienen como objetivo preservar la cultura vasca a través de eventos, clases de idiomas y conciertos. No solo se encuentran en países cercanos como Andorra y Francia, también existen lazos en lugares tan distantes como Italia, Reino Unido y Australia.

LA EXPANSIÓN DEL IDIOMA

Sin embargo, la verdadera expansión del euskera se experimenta en Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica, gracias a dos olas migratorias históricas desde la península ibérica. La lista de ‘casas vascas’ abarca territorios como Canadá, Brasil, Estados Unidos, Colombia, Chile, El Salvador, Perú, Puerto Rico, México, República Dominicana, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Las migraciones hacia estas regiones reflejan la necesidad de mantener vínculos culturales entre aquellos que fueron en busca de nuevas oportunidades.

En este contexto, un informe de la Universidad del País Vasco señala que la diáspora vasca se divide en dos períodos: desde el descubrimiento de América hasta 1810, con migraciones a México y Perú, y a partir del siglo XIX, con un énfasis en Estados Unidos, Argentina y Uruguay. La impronta cultural vasca en Argentina es evidente, con apellidos como Iturbide, Elizondo y Bolívar, este último relacionado con uno de los grandes revolucionarios americanos.

En total, se estima que los vascos dejaron un legado de aproximadamente 70.000 apellidos en América, de los cuales al menos 35.000 aún se conservan. Así, el euskera trasciende fronteras geográficas y culturales, consolidándose como un vínculo perdurable entre el País Vasco y sus descendientes en todo el mundo.