¿Cuál es el lugar más frío? España, conocida mundialmente por sus cálidas playas y soleados días mediterráneos, también alberga algunos de los lugares más fríos del país, desafiando los tópicos habituales.

Entre estos, destacan localidades que forman parte del conocido ‘Triángulo del frío‘ o la Laponia española, una zona caracterizada por sus bajas temperaturas en contraste con la templada imagen del país.

Uno de los vértices de este triángulo es Molina de Aragón, en Guadalajara. Aunque es famoso por haber registrado una temperatura de -28,2ºC el 28 de enero de 1952, lo cierto es que su temperatura media anual ronda los 10,7 grados, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Molina de Aragón, ubicado al nordeste de la provincia de Guadalajara, representa un claro ejemplo de los extremos climáticos que se pueden experimentar en España.

VIVIR EN EL LUGAR MÁS FRÍO DE ESPAÑA

En Molina de Aragón, la vida cotidiana se ha adaptado de manera ejemplar a sus largos y rigurosos inviernos. Sus habitantes, acostumbrados a estas duras condiciones climáticas, han desarrollado estrategias para mantener el calor en sus hogares, dependiendo en gran medida de la leña y sistemas de calefacción eficientes.

Las actividades económicas tradicionales del pueblo, como la ganadería y la agricultura, han demostrado una notable capacidad de adaptación a estas condiciones, mientras que el turismo ha empezado a jugar un papel relevante. Visitantes atraídos por el encanto rústico y la serenidad del lugar encuentran en Molina de Aragón un destino único.

A pesar del intenso frío, Molina de Aragón irradia belleza y tranquilidad. Sus calles empedradas, antiguos edificios y el impresionante paisaje montañoso que lo rodea, ofrecen un escenario pintoresco y lleno de encanto. Además, los eventos culturales y festividades locales añaden vitalidad y color a la vida del pueblo, reflejando la resiliencia y el espíritu de sus residentes.

LOS OTROS LUGARES MÁS FRÍOS DE ESPAÑA

Otro punto clave del ‘Triángulo del frío’ es Calamocha, en Teruel, que ostenta el récord de la temperatura más baja registrada en España: -30 grados el 17 de diciembre de 1963. A pesar de este récord, la temperatura mínima promedio en invierno en Molina de Aragón es de -3,5 grados, lo que lo convierte en uno de los lugares más fríos del país durante esta estación.

Según la Aemet, es probable que en pueblos cercanos a Molina de Aragón, especialmente en zonas de sierra, las temperaturas sean incluso más bajas, aunque no se disponga de datos tan detallados. Este fenómeno climático subraya la diversidad geográfica y meteorológica de España, un país donde el frío invernal puede ser tan característico como el clima mediterráneo.

Estos datos climáticos contrastan con la imagen tradicional de España, revelando que el país no solo ofrece destinos soleados y playas idílicas, sino también enclaves donde el frío y la nieve son protagonistas. Lugares como Molina de Aragón y Calamocha son testimonio de la variada y rica paleta climática de España, ofreciendo una cara diferente y sorprendente del país.