El debate sobre el trasvase de agua ha vuelto a cobrar protagonismo en la precampaña de las elecciones catalanas, esta vez con el candidato del Partido Popular, Alejandro Fernández, sumándose a las voces de su partido que defienden esta medida. Eso sí, en contra de la postura del presidente de Aragón, Jorge Azcón.

El candidato popular Fernández ha prometido garantizar el abastecimiento de agua a todos los catalanes mediante trasvases del río Ebro, especialmente para áreas como Barcelona y su área metropolitana, que enfrentan una grave escasez hídrica.

El Gobierno de Aragón ha rechazado firmemente esta propuesta, reiterando que en la cuenca del Ebro no hay excedentes de agua. Sin embargo, Fernández ha insistido en la necesidad de desarrollar infraestructuras de interconexión con el Ebro para realizar extracciones puntuales en momentos de crisis, como los experimentados recientemente en Barcelona.

El candidato del PP ha destacado la importancia de ampliar las infraestructuras existentes que garantizan el suministro de agua a ciertas zonas de Cataluña y ha respaldado las demandas de los colegios de ingenieros de la región, que abogan por políticas que complementen las desaladoras y la reutilización del agua.

Además, Fernández ha criticado al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, por su oposición a los trasvases y ha calificado a los gobiernos autonómico y nacional de ineficaces en la gestión del suministro de agua.

Con esta postura, Alejandro Fernández se alinea con otros líderes del PP en regiones como Murcia, Andalucía y la Comunidad Valenciana, que también han defendido la necesidad de impulsar trasvases para abordar sus necesidades hídricas.

Cabe destacar que el PP ha presentado una proposición no de ley en el Congreso para promover un Pacto Nacional del Agua que, si bien no menciona directamente los trasvases, respalda «todas las alternativas» para garantizar el suministro hídrico en diversas cuencas.

A pesar de la postura mayoritaria en el PP a favor de los trasvases, Jorge Azcón ha mantenido una posición firme en contra de esta medida, reafirmando que en Aragón no hay excedentes de agua y que existen alternativas más económicas y sostenibles para abordar los problemas de escasez hídrica en Cataluña.