Durante muchos años se ha hablado extensamente sobre las ventajas del hidrógeno como combustible en comparación con los combustibles fósiles tradicionales, como la gasolina y el diésel. El hidrógeno se considera una opción prometedora, principalmente debido a su alta eficiencia energética y su capacidad para reducir las emisiones de gases a la atmósfera. No obstante, transportarlo sigue siendo el principal desafío del sector.

Su baja densidad y su tendencia a filtrarse a través de materiales convencionales son los principales problemas relacionados con el transporte de hidrógeno. Este reto se complica todavía más si se tiene en cuenta que el hidrógeno suele transportarse en forma gaseosa o líquida a temperaturas muy bajas. Esto hace que transportarlo sea más complejo y más caro.

Sin embargo, una solución innovadora que podría cambiar radicalmente la situación es el desarrollo de tecnologías de almacenamiento de hidrógeno en forma líquida a temperatura ambiente. Esta aproximación elimina la necesidad de mantener temperaturas bajas, lo que simplifica considerablemente la logística de transporte y reduce los costes.

Así, el almacenamiento de hidrógeno líquido a temperatura ambiente permitiría utilizar infraestructuras y contenedores convencionales, simplificando la cadena de suministro y facilitando la integración del hidrógeno como fuente de energía en diversas aplicaciones.

Esta mejora no solo haría más accesible y segura el transporte de hidrógeno, sino que también aceleraría su adopción a nivel global, desempeñando un papel crucial en la transición hacia una economía más sostenible y menos dependiente de los combustibles fósiles.

Una propuesta innovadora y llamativa llega para transformar el panorama energético y ya hay empresas desarrollando soluciones para abordar estos desafíos. Estas van desde tecnologías avanzadas de almacenamiento, como materiales sólidos absorbentes de hidrógeno, hasta métodos eficientes y seguros de transporte.

Honeywell Technology y Eneos están liderando un proyecto pionero al desarrollar el primer portador de hidrógeno orgánico líquido (LOHC) a escala comercial. Este enfoque innovador implica utilizar compuestos orgánicos como vehículos de almacenamiento para el hidrógeno, permitiendo una manipulación más segura y eficiente. La tecnología LOHC facilita el transporte y almacenamiento del hidrógeno sin la necesidad de infraestructuras costosas y complejas.

La solución propuesta implica aprovechar la infraestructura de transporte ya establecida para llevar el hidrógeno verde a largas distancias de manera segura y efectiva. Esto permitiría suministrar esta energía limpia a diversas industrias que enfrentan dificultades para obtenerla en las cantidades y calidades necesarias. Con esta iniciativa, se busca abordar las necesidades energéticas de manera sostenible y contribuir a la transición hacia un futuro más verde y sustentable.

En cuanto al ambicioso proyecto energético, Honeywell está proponiendo un método novedoso para unir hidrógeno con metilciclohexano mediante un proceso conocido como hidrogenación de tolueno. Este proceso implica combinar dos sustancias de manera especial, liberando calor como resultado de la reacción que ocurre. Esta característica podría ofrecer ventajas en términos de eficiencia y control de temperatura durante el proceso.

La capacidad de realizar una maniobra segura y eficiente para almacenar grandes cantidades de hidrógeno en infraestructuras en buques de gran tamaño facilita el transporte a largas distancias sin incurrir en sobrecostes significativos. Esto posibilita la llegada del hidrógeno a prácticamente cualquier punto del planeta de manera eficaz y segura, sin comprometer la seguridad ni aumentar excesivamente los costos asociados.