Tapia de Casariego, en la costa asturiana, es conocido por su encanto marinero y paisajes espectaculares. Sin embargo, oculta un secreto sorprendente: una mina de oro subterránea que podría cambiar el destino del pueblo.

A solo 3 kilómetros del corazón de Tapia de Casariego, en las lagunas de Salave, reposa una de las minas de oro más grandes de Europa, con aproximadamente 30 toneladas del preciado metal. Las excavaciones romanas realizadas hace más de 2,000 años dejaron estas cavidades, convirtiendo a la región en un depósito de riqueza histórica.

A pesar de numerosos intentos en décadas pasadas, proyectos para extraer el oro se vieron obstaculizados por problemas administrativos y medioambientales. Ahora, la empresa española Explotaciones Mineras del Cantábrico (EMC) espera un nuevo informe de impacto ambiental para iniciar la extracción, prometiendo un enfoque respetuoso con el medio ambiente.

La propuesta de EMC, que evita vertidos en el río trasladándolos al mar, genera divisiones. Ecologistas expresan preocupaciones sobre vertidos de metales pesados en el Cantábrico, mientras que algunos residentes ven la minería como una oportunidad para combatir la despoblación y crear empleo estable.

ENFRENTAMIENTO DE VISIONES

Desde EMC, indican que han abordado problemas ambientales pasados y esperan una evaluación favorable: «Se ha presentado un proyecto completamente diferente que ha solucionado los problemas de impacto ambiental detectados en el pasado, como el que afectaba a las aguas».

Sin embargo, ecologistas critican la propuesta, afirmando que trasladar el problema al mar a través de un emisario marino no es una solución real. Advierten que esta actividad afectaría negativamente a la pesca, ganadería y turismo regional.

Entre los residentes, la opinión está dividida. La plataforma no destaca los riesgos, mientras que varias asociaciones ven la minería como una oportunidad para generar empleo y frenar la despoblación.

TAPIA DE CASARIEGO

Tapia de Casariego, famoso por su espíritu marinero y ser pionero del surf en el Cantábrico, alberga la playa de Anguileiro, sede de competiciones de surf a nivel mundial.

El pueblo se encuentra ante una encrucijada, con la posibilidad de desenterrar un tesoro dorado que ha permanecido oculto durante siglos, pero a un coste que divide entre el desarrollo económico y la preservación ambiental.