El cambio de ciclo en España es imparable. Se constató en las elecciones autonómicas y municipales, donde el todavía presidente Lambán recibió un severo correctivo por sus políticas y el PSOE, en general, por sus pactos parlamentarios y el excesivo beneplácito al independentismo desde la presidencia de Pedro Sánchez. En Aragón, los grandes ayuntamientos se tiñeron de azul del Partido Popular, con plazas como Zaragoza o Huesca rozando la mayoría absoluta. Y arrasando en Calatayud, Tarazona o Monzón. En las Cortes de Aragón, el candidato popular Jorge Azcón tiene atada la presidencia autonómica con un resultado de sorpasso al PSOE de Lambán en tan sólo 1 año desde que lideró al PP aragonés. El varapalo ha sido histórico.

Y tres cuartos de lo mismo sucede en la política nacional. Con una izquierda al PSOE en retroceso y en un intento de salvar los muebles en el tiempo de descuento con la coalición Sumar, el PSOE de Pedro Sánchez busca in extremis sacar un resultado óptimo para las elecciones convocadas en plenas vacaciones. Sea como sea y pactando con quien sea, la clave es sumar desde el PSOE con cualquier fuerza que no sea del PP ni VOX.

En esta urgencia por llegar a las elecciones del 23J, el líder del PSOE ha elaborado unas listas electorales saltándose los estatutos y los reglamentos internos para colocar a quien ha querido. Sin filtros ni pidiendo permiso. Con ello, ha logrado que afloren todo tipo de reproches desde los barones socialistas como Lambán o Page. El objetivo de Sánchez es reforzar su control en el PSOE para los próximos meses, en un escenario que ya perciben de derrota electoral. El modo imperativo, o casi autoritario, que ha tenido Sánchez dentro del PSOE es uno de los más destacados de la política española en los últimos cuarenta años.

En el caso de Lambán, que ya está de salida, se ha constatado que su autoridad es nula en Ferraz y en el peso del PSOE con el volantazo de Sánchez en las listas. Con actores que no han dudado en seguir con Sánchez y plantarle cara a Lambán, como Pilar Alegría, Fernando Sabes o Miguel Gracia. Es una constatación de lo que ha sido el paso de Lambán por la política de los últimos años. Y en cuanto a Sánchez, una maniobra desesperada más pensada en clave interna para refugiar a los suyos en el Congreso y el Senado durante cuatro años; y para tener a sus fieles en posiciones de salida electoral para evitar críticas después del 23J, donde todo indica que habrá vuelco electoral con la victoria del PP de Feijóo.