Cada temporada invernal surgen muchas incógnitas sobre la gestión del Pirineo y el papel de Aramón. Que sí no está nevando lo que debería, que si hay masificaciones en momentos concretos, como en Formigal con el auge de Marchica, que si la unión de estaciones nos haría más competitivos como comunidad o que si el cambio climático va a terminar con el negocio y el potencial que hay detrás de la nieve.

Muchos gritan la consigna: Sin Aramon, ni el esquí… otra Huesca cantaría. Y lo defienden como si fuera a ser a mejor. Una aseveración que no sólo es ilusa sino que la realidad y los datos constatan que sólo con la nieve y su potencial turístico se puede impulsar la economía de los valles del Pirineo.

Estas cifras evidencian que, a pesar de la meteorología, las estaciones del Pirineo son un auténtico éxito de esquiadores, consumo y dinamización de los valles que tienen estaciones invernales.

En cifras publicadas, el aumento del gasto medio por esquiador se ha multiplicado un 20% esta temporada. Esto ha llevado a que el holding de la nieve, participado por Ibercaja Banco y el Gobierno aragonés y bajo la batuta de Antonio Gericó, siga consolidando su negocio sin paliativos.

Con 124 días de actividad desde la apertura en Teruel hasta el cierre en el Pirineo, Aramón ha sido testigo de un descenso del 25% en la afluencia de esquiadores en comparación con la temporada anterior, debido a la poca densidad de nieve en puntos críticos de la temporada, como en enero.

Sin embargo, la experiencia que se le da al usuario en cuanto a la calidad del uso de las instalaciones, tanto en la practica del esquí como en las actividades de ocio, ha hecho que el Pirineo sea uno de los destinos preferidos a nivel nacional.

La propuesta diferencial de Aramón, que combina deporte, gastronomía y ocio para todos los públicos, ha sido fundamental para mantener el atractivo de sus destinos, independientemente de las condiciones climáticas. Los episodios de grandes nevadas en febrero y marzo impulsaron un repunte en la afluencia de esquiadores, prolongando la temporada hasta el 7 de abril.

Con más de un millón de esquiadores en las últimas temporadas, el grupo se consolida como un motor económico y social en los valles donde opera, generando más de 1.100 empleos directos y 11.000 indirectos.

¿Qué sería de Huesca sin Aramon? Es una pregunta que, a pesar de los prejuicios y de los mantras ideológicos de algunos, convendría responder con contundencia. Sin Aramon y el esquí, el norte de la provincia de Huesca no sería nada.

El oro blanco que tiene el Pirineo debe ser el motor para hacer del norte de la provincia un destino único a nivel mundial. Los mimbres están, solo hace falta más voluntad política para desatascar la unión de estaciones y equipararnos en inversiones a Andorra o Baqueira.

En cuanto a volumen de negocio, nada en el Pirineo dinamiza más la economía que el esquí y el holding Aramon. Sus inversiones anuales o nuevos planteamientos de ocio y equipamientos son, incluso, copiados por otros grandes activos del ocio por medio mundo.

Nadie con las cifras encima de la mesa dice que Aramón y el esquí no es una maquina de hacer dinero para el Pirineo. La verdad es esta: el turismo de esquí es un negocio sólido y rentable en Aragón.

Aramón, como principal protagonista de este sector en la comunidad, ha demostrado durante años, a pesar de la pandemia y las condiciones climáticas, que su capacidad para generar beneficios de manera consistente a lo largo del tiempo es tangible. Además del impacto positivo en la economía y el empleo local, el hólding de la nieve ha logrado ganancias cercanas a los 20 millones de euros en las últimas seis temporadas -sin contar la temporada 23/24 que aún está por cerrar el ejercicio-.

La diversificación de su modelo de negocio ha sido clave en el éxito de Aramón, ya que no se limita únicamente a la venta de forfaits, sino que ofrece una experiencia integral que va más allá de la práctica deportiva. Con la participación equitativa del Gobierno de Aragón e Ibercaja, la compañía cerró la última temporada contabilizada con ganancias de 5,4 millones de euros, mostrando una sólida recuperación frente a las dificultades previas causadas por la crisis del coronavirus.

En los dos últimos ejercicios, Aramón ha logrado una rentabilidad de 16,3 millones de euros con sus propios recursos, compensando así las pérdidas sufridas durante la temporada del Covid-19, que ascendieron a 13 millones de euros. Estas cifras resaltan el éxito y la solidez financiera de la empresa, especialmente cuando se comparan con los resultados del resto del sector del esquí en España.

*Álvaro Sierra es socio y director de HOY ARAGÓN