El cambio de hora, una práctica establecida en muchos países, puede tener un impacto notable en nuestro ritmo biológico y bienestar.

Las consecuencias de este ajuste horario pueden sentirse en diferentes formas: irritabilidad, cansancio, trastornos del sueño, entre otros. Sin embargo, hay formas de combatir estos síntomas y facilitar la adaptación a la nueva hora.

La Dra. Silvia Vila, psicóloga especializada en ritmos circadianos y sueño, ofrece un conjunto de recomendaciones para enfrentar de manera positiva esta transición:

  1. Comprender el cambio: La primera medida es ser conscientes de la alteración que supone para el cuerpo. Si nos sentimos irritables o cansados, podemos optar por actividades que nos relajen, como meditación o yoga, evitando caer en el desánimo y considerando estas sensaciones como pasajeras.
  2. Adaptación gradual: En lugar de cambiar repentinamente la rutina, podemos ajustar nuestros horarios de comidas y sueño de forma paulatina. Esta estrategia puede ser especialmente beneficiosa para bebés y personas mayores, quienes suelen ser más susceptibles a las alteraciones del ritmo circadiano.
  3. Cuidado del sueño: Evitar siestas los primeros días post-cambio puede ser útil para conciliar el sueño por la noche. Asimismo, se debe evitar el consumo de bebidas con cafeína o cualquier otro estimulante antes de dormir.
  4. Menor uso de dispositivos electrónicos: La luz azul de teléfonos móviles, tablets y computadoras puede alterar la producción de melatonina, una hormona esencial para el sueño. Se recomienda limitar el uso de estos dispositivos al menos una hora antes de dormir.
  5. Priorizar el ejercicio diario: La actividad física, especialmente si se realiza al aire libre y con exposición a la luz natural, puede ser de gran ayuda para ajustar el reloj biológico interno.
  6. Crear un ambiente propicio para el sueño: Baños relajantes, el uso de luces tenues y una temperatura adecuada en la habitación pueden ayudar a conciliar el sueño. Además, para quienes disfrutan de la aromaterapia, algunas esencias como la lavanda pueden contribuir a un ambiente más tranquilo.