¿La situación con su pareja es insostenible y se plantea poner fin a su relación matrimonial?

Las estadísticas anuncian que uno de cada cinco matrimonios finaliza durante los primeros años de convivencia, llegando a reducirse de manera llamativa después de los primeros diez años de matrimonio.


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España se ha convertido en el segundo país de la Unión Europea donde más rupturas matrimoniales se producen; pero ¿qué hay detrás de cada divorcio?

Infidelidad y celos:

Una vez perdida la confianza es muy difícil el remontar una relación de pareja.

En el caso de los hombres, deben de aprender a valorar el riesgo. A pesar de que una infidelidad no llegue a significar amor, para la mujer resulta una traición imperdonable. La mayoría de los hombres acaban desesperados deseando dar marcha atrás.

Cuando la infidelidad es por parte de la mujer, rara vez se presenta como un hecho aislado, la mayoría de las veces acaba enamorándose del amante dando por finalizado el matrimonio.

Falta de comunicación:

La rutina diaria, las responsabilidades con los hijos, en ocasiones dificulta el momento de hablar tranquilos, de comunicarse. Uno debe de tener en cuenta que el diálogo es la base fundamental de toda unión, al igual que la pasión, amor o atracción.

También es muy importante el tener proyectos juntos como viajar, formar un hogar, inventar objetivos nuevos que permitan vigorizar el matrimonio; al igual que respetar los momentos de privacidad.

Es muy importante el no asfixiar a la pareja, por lo que el equilibrio es fundamental.

Fin de la Pasión:

Es importantísimo encontrar momentos de privacidad, sorprender a la pareja, estar conectada. El hacer un viajecito romántico aunque solo sea de fin de semana, divertirse, hablar de lo que a uno le gusta para así conocerse mejor, ayudará a mantener viva la llama de la pasión.


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Evitar el Conflicto:

Existen parejas que para no causar dolor, evitan el conflicto, jamás discuten y callan dando lugar a una aparente armonía que agranda las distancias. No olvide que no hay nada más romántico que una reconciliación.

Aceptar no es tolerar:

No existen personas sin defectos empezando por uno mismo. Se trata de elegir bien y jamás intentar lograr que la otra mitad cambie. Es muy importante el ser transigente “hoy por mí, mañana por ti”.

Crisis económica y personal:

Los problemas en el trabajo, la falta de dinero, el peso de la responsabilidad de la familia hacen creer a las personas que tal vez si separan, sus vidas pueden volver a empezar de nuevo, como si tuviesen una segunda oportunidad.

En realidad este comportamiento no tiene otro resultado que el trasladar el problema a la próxima relación. Una buena terapia así como el compartir el problema con la pareja puede llegar a ser una excelente solución para salir del pozo.


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Incompatibilidad en la convivencia:

Es cuestión de encontrar el modo de respetar los límites de cada persona. Puede parecer extraño pero hay parejas que les resulta mucho más fácil del superar los obstáculos de una infidelidad a cuestiones de hábitos. A medida que pasan los años nos volvemos mucho más maniáticos.

Existe Enamoramiento pero no Amor:

El periodo del enamoramiento es encantador, uno ve a la pareja como realmente querría que fuese y no como es en realidad. Esta trampa mortal que tarde o temprano enfrenta a la pareja a la dura realidad. Esto recibe el nombre de mal punto de partida. Sin embargo, cuando se trata de amor, es como si a uno le tocase la lotería.

Acabar una relación con alguien con quien se lleva compartiendo cierto tiempo de vida implica perder muchos lazos. Cada matrimonio es un mundo, la falta de comunicación, los celos, la infidelidad, los problemas económicos, son parte de los motivos que pueden llevar esta situación.

Al final, uno de los dos acaba menospreciando al otro, alejándose de la idea de amor incondicional y llegando a la ruptura matrimonial.