«Hija mía, contigo hasta mi último suspiro. Por ellos, por todos, vuestra lucha es mi tiempo», escribía Toñi Santiago Menéndez, madre de Silvia Martínez Santiago, la última niña que ETA asesinó. En total fueron 22 menores de las más de 800 víctimas mortales de la banda terrorista.

Toñi acaba de lanzar un vídeo dirigido «a todos los españoles que han sido de alguna manera víctimas de ETA» para acompañarle, un año más. El pasado 4 de agosto todos recordaron a la pequeña a la hora del atentado, sobre las 20:30 horas, en la plaza que lleva el nombre de la menor, Silvia, una de las dos víctimas que murieron hace 21 años.

Toñi colgó el pasado julio varios vídeos reclamando justicia, y mandando un mensaje inequívoco: «Ni olvido, ni perdono». La historia de Toñi es la de una víctima de ETA que perdió parte de su alma un 4 de agosto, cuando tan solo tenía 30 años.

«Los terroristas se equivocaron. En vez de asesinar a mi niña, tenían que haberme matado a mí. Porque yo soy su voz y no voy a parar en exigir justicia y en evitar que se pisoteen su memoria y su dignidad. Y porque yo sé cómo suena la muerte en el oído«, ha dicho Toñi en varios medios de comunicación y en múltiples ocasiones.

Aquella tarde Silvia estaba jugando con su primo de 3 años en el patio del cuartel. Llevaba un pantalón pirata azul y un top blanco para que se le viese el ombligo. Su madre siempre decía que era una pequeña muy presumida. De pronto todo se movió, y después, se volvió oscuro.

«¡Mamá, mamá!»

«¡Mamá, mamá»! Todavía Toñi recuerda cómo su hija le pedía ayuda. El hermano de Toñi fue quien encontró a su sobrina, bajo una pila de escombros. «Solo le veía los ojitos», recordaba esta madre. Los guardias le advirtieron que podía haber otra bomba y tenían que salir del lugar, pero ella insistió en no abandonar a su pequeña.

Consiguieron retirar todos los escombros y un Guardia Civil se la llevó corriendo del lugar, arrebatándosela a Toñi de los brazos. Minutos después, los médicos les daban la fatal noticia: «La niña ha fallecido; hemos hecho lo que hemos podido», repetían a unos padres sin consuelo y rotos de dolor.

Por este caso la Audiencia Nacional condenó en 2012 a 843 años de cárcel a los etarras Andoni Otegi Eraso, ‘Iosu’, y Óscar Celarain Ortiz, ‘Peio’, al considerar probado «sin ningún género de duda» que fueron los autores materiales del atentado contra la casa cuartel de Santa Pola. Ahora un juez de la Audiencia Nacional ha ordenado investigar a seis exjefes de ETA por este atentado.

Mientras, Toñi, la madre de Silvia, seguirá poniendo vídeos en sus redes sociales, y seguirá a buen seguro luchando y visibilizando su resistencia para salvaguardar la memoria de su hija, para que su muerte, como tantas otras por el terrorismo de ETA, no se olvide.