Faustino Marcos Álvarez fue detenido en 2010 en Portbou, Gerona, con un revolver, varios DNI falsos y más de 6.000 euros escondidos dentro de sus zapatos. La cúpula etarra le había encomendado la misión de crear un laboratorio para fabricar explosivos y cometer más atentados.

Fue condenado por la Audiencia Nacional a 13 años por pertenencia a banda armada, falsedad de documentos y posesión de armas. El pasado 8 de abril abandona la cárcel de Daroca. Su salida de prisión supone el fin de un ciclo que ha durando años.

Faustino Marcos es el último preso de ETA que quedaba en centros penitenciarios de Aragón. Hace más de medio siglo desde que los primeros presos de la banda terrorista ingresaban en las cárceles de Huesca y Torrero. El Centro Penitenciario de Zuera ha llegado a tener a más de 100 presos de ETA, y ahora ya no hay ninguno.

Marcos y Sebasten Jon Gurtubay han sido los últimos miembros de la banda en dejar las cárceles aragonesas de una larga lista con históricos como Francisco Múgica Garmendia, alias ‘Pakito’, que salió de Zuera en octubre de 2022.

Estos terroristas han ido saliendo paulatinamente de las prisiones de la comunidad de Aragón en parte gracias a las políticas de acercamiento al País Vasco o por cumplimientos de condena. Sin embargo, en estos últimos casos como los de Daroca, a pesar del anuncio de Instituciones Penitenciarias de su traslado a cárceles vascas, han quedado directamente en libertad.

A raíz de esta situación, el sindicato de funcionarios de prisiones ‘Tu abandono me puede matar’, ha escrito una carta recordando el paso de los etarras por cárceles aragonesas y homenajeando a sus caídos a manos de la banda terrorista.

«Casi todos los que trabajamos no hemos conocido la cárcel sin la mafia etarra», dicen en su carta. Funcionarios que se convirtieron también en objetivo prioritario de la banda. Por eso, explican, aprendieron a no tender el uniforme en un lugar visible o a mirar discretamente bajo sus
coches.

En ese texto también se dirigen directamente a los etarras contando cómo les veían y que situaciones han vivido con ellos siendo sus vigilantes. «Os hemos visto desencajados hasta la crisis nerviosa cuando creísteis que se abrían nuevas investigaciones. Decíais en público que os arrepentíais pero no tanto como para colaborar con la justicia y ayudar a esclarecer alguno de los mas de 300 crímenes de ETA que permanecen hoy impunes», relatan en el escrito.

Cuentan estos funcionarios que les han visto, tal y como se mostraban en prisión, «viejos, enfermos y desquiciados, pero sonriendo para la foto«. «Hemos encajado las denuncias de vuestros equipos de abogados y hemos cumplido con nuestro deber en situaciones complejas y tensas«, añaden.

PREMIO DE LA AVT

Estos funcionarios de cárceles de Aragón inciden en lo importante que es mantener la memoria para honrar a las víctimas del terror etarra, pero son conscientes de que con la salida de Faustino Marcos, se cierra una etapa muy dura. «Empezamos una nueva etapa comprometidos con la memoria democrática y la justicia«, explican.

En el texto al final y en mayúsculas, recuerdan en un breve texto y como sentido homenaje a los funcionarios de prisiones asesinados por ETA. «Alfredo, Ángel Jesús, Manuel, José Ramón, Francisco Javier, Máximo y Conrada, la madre de nuestro compañero José Antonio».

Se da la circunstancia de que el próximo 18 de abril, la Asociación de Victimas del Terrorismo, AVT, va a conceder en en antiguo salón de sesiones del Senado el XI premio «Verdad, memoria, dignidad y justicia» a los funcionarios de prisiones de los Centros Penitenciarios de España, por su dedicación en un trabajo duro con presos de una banda terrorista que nunca ha dejado de tenerles en el punto de mira.