Los hechos tuvieron lugar en una vivienda de la calle Boggiero. Según las declaraciones de las víctimas, A.M. y O.B. entraron en la vivienda de la víctima, R.B.N., a quien conocían con anterioridad.

Ella pensó que era su novio, H. B. y por eso abrió la puerta. Según explicó después a la Policía Nacional, cuando les abrió la puerta, se abalanzaron sobre ella con machetes, cuchillos y palos, le echaron spray en los ojos, la agarraron del cuello y le propinaron una fuera bofetada en la cara.

Posteriormente, la llevaron a la habitación con la finalidad, según explicó la víctima, de agredirla sexualmente. En ese momento, ella perdió el conocimiento no recordando que pasó justo después.

Minutos antes, su novio había recibido una llamada por de ella en la que cuenta que se escuchaban gritos. Esta situación le generó una alarma tal que decidió acudir al domicilio rápidamente. Una vez allí se encontró con los encausados, los cuales le dijeron que se marchara.

El joven se negó y ambos acusados se abalanzaron sobre él, agrediéndole en el rellano
del portal con cuchillos, machetes y una barra metálica. Tras agredirle, decidieron orinar
encima suya.

Él consiguió avisar a la policía y los agresores huyeron. Uno de ellos fue detenido en las cercanías de la vivienda con una barra de hierro en la mano y declaró que la llevaba porque había participado en una pelea por un asunto de drogas.

Momentos después detuvieron al otro presunto agresor, quien supuestamente había rajado la cara del joven con un machete. Ambas víctimas reconocieron a sus agresores y explicaron a los agentes que ya los conocían y que les habían amenazado varias veces con anterioridad.

Las lesiones de la joven no precisaron asistencia médica. No así las de su pareja, que sufrió un corte en frente y nariz de unos diez centímetros y tuvo que someterse a una intervención quirúrgica, con tratamiento médico y dejándole secuelas físicas en el rostro.

DIEZ AÑOS DE PRISIÓN POR LESIONES

Hoy los acusados se sientan en el banquillo para hacer frente a penas de prisión. La acusación particular, ejercida por los abogados Carmen Sánchez y Luis Ángel Marcén, piden un total de diez años, cinco para cada uno, por un delito de lesiones agravadas.

Así, añaden al escrito de acusación la prohibición aproximarse a su representado, en cualquier lugar donde se encuentren, así como acercarse a su domicilio, a sus lugares de trabajo y a cualquier otro que sea frecuentado por el mismo por un plazo de 5 años.

Aseguran que los acusados «han marcado y desfigurado la cara de un chico de tan solo 23 años para siempre». Fiscalía, por su parte, solicita cuatro años de cárcel para cada uno de los acusados, considerando que las armas que portaban y con las que le agredieron podrían haber causado un daño mayor.

A ambos presuntos autores de los hechos les constan numerosos antecedentes policiales y detenciones tanto en Zaragoza como en otras localidades españolas. Uno de ellos, días después, intentó lesionarse cortándose las venas con una cuchilla en el calabozo.