La comarca de Zaragoza ha sido testigo, una vez más, de un evento que ha traspasado los límites de lo clandestino para convertirse en un fenómeno social y mediático: una ‘rave’ ilegal entre Burgo de Ebro y Zaragoza.

Este encuentro, celebrado en un terreno privado entre las localidades de Mediana de Aragón y El Burgo de Ebro, ha generado titulares no solo por su duración y volumen, sino también por el misterio que envuelve su organización y la multitud de vehículos y personas que ha congregado.

A pesar de ser un evento sin autorización, la ‘rave’ ha logrado atraer a cientos de asistentes de diversos puntos, quienes se han desplazado hasta esta explanada en coches particulares, caravanas y camiones, creando una impresionante concentración de gente y vehículos. Se calcula que en torno a 650 personas están todavía en la ‘rave’.

La festividad que, según la Guardia Civil, ya tiene antecedentes en varias ocasiones en la misma zona, lleva activa desde hace 48 horas de música ininterrumpida, convirtiéndose en un lugar de desenfreno y libertad en mitad de la nada.

Los testigos y participantes describen una atmósfera de «buen rollo», con música electrónica como protagonista y una oferta de alcohol y drogas a precios competitivos, incluso a 3 euros el cubata. Los detalles conocidos por HOY ARAGÓN, a través de varios participantes que siguen en la ‘rave’, aseguran que no hay ningún altercado ni pelea. «Todo es tranquilo y sabiendo lo que hace cada uno sin molestar al otro», aseguran. En cuanto a si hay relaciones sexuales múltiples, los asistentes confirman que sí pero con los límites marcados y con respeto.

Sin embargo, la realización de este tipo de eventos plantea numerosos desafíos y preocupaciones. Desde el punto de vista legal, la celebración de fiestas ilegales en terrenos privados sin las debidas autorizaciones representa un desafío para las autoridades locales, que deben equilibrar el respeto por la libertad individual con la necesidad de preservar el orden público y la seguridad.