Expropiación de seis propiedades en Zamoray-Pignatelli dentro del Plan Especial de la zona que permitirá crear nuevas viviendas, así como el desalojo de okupas, es parte unas labores complejas, dicen desde el consistorio zaragozano, en este céntrico barrio. Planes que contrastan con lo que las asociaciones consideran prioridades, como la expropiación de edificios y solares tanto en el «triángulo olvidado» de Zamoray-Pignatelli como en calle Las Armas, Cerezo y Casta Álvarez.

No han sido pocas las reuniones entre asociaciones vecinales y Ayuntamiento para llegar a un consenso en este barrio, tan popular como conflictivo. Para la Asociación de Vecinos Plataforma de Afectados del Gancho y Pignatelli, «En ningún momento se ha tratado de repartir las familias conflictivas que en los últimos años los Servicios Sociales y Zaragoza Vivienda han ido acumulando en El Gancho».

Consideran que nos han salido del ‘gueto’ que se ha generado en algunas zonas del barrio en los últimos años. El Ayuntamiento insiste en que ya ha adquirido en este tiempo, por 2.057.408 euros, un total de 13 solares y edificios. Las asociaciones creen que hay que reclamar Fondos Europeos para crear programas de rehabilitación de edificios y viviendas en el barrio tal y como existían, dicen, en la década 2000-2010.

El objetivo municipal es hacerse con hasta 10 inmuebles y solares en su totalidad, para lo que hay una consignación económica, explican, de 1.868.128 euros. Datos que contrastan con los que tienen las asociaciones que dicen que el Ayuntamiento de la anterior legislatura se comprometió a invertir 6 millones de euros para el Plan Zamoray-Pignatelli de los cuales sólo se invirtieron 2 millones. «No se están priorizando las expropiaciones comprometidas en el plan, más de 30 edificios en estado de ruina , okupados o en estado lamentable de conservación», dicen.

CACEROLADAS TODOS LOS MIÉRCOLES EN 3 MESES

Piden acuerdos con el gobierno aragonés para crear VPO y alquiler público en los solares vacíos y la descatalogación conjunta con ayuntamiento de fachadas ruinosas y edificios en estado lamentable de conservación imposibles de rehabilitar. Explican que hay más de 102 edificios en ese estado.

Dicen que en el barrio las ganas de cambiar son de muchos pero las de movilizarse de unos pocos. Sin embargo, han prometido estar todos los miércoles durante tres meses golpeando cacerolas en la Plaza del Pilar para llamar la atención de los que tienen que poner medidas, explican, para solucionar el problema de su barrio, uno de los barrios más degradados y con más delincuencia de la ciudad.