Sucedió el pasado día 20 de noviembre en una calle Esteban Pujasol, en el barrio zaragozano de El Oliver. Policías nacionales de paisano vigilaba un domicilio donde habitualmente entran personas a comprar droga.

Vieron a una persona sospechosa salir del inmueble, subirse a un vehículo y arrancar y decidieron pararlo. Mientras le solicitaban la información se percataron de que el vehículo que estaba justo detrás esperando, ya que el tránsito estaba parado, echaba marcha atrás con intención de salir de allí.

Los agentes de Policía Nacional se acercaron a esta persona y le pidieron la documentación. Al entregársela confirmaron que el hombre tenía una solicitud de búsqueda e ingreso en prisión por parte del Juzgado de Instrucción número 2 de Zaragoza.

En un momento le piden a esta persona que ponga las manos en el volante, apague el motor y entregue las llaves. El hombre respondió a los agentes que no podía darles unas llaves porque el vehículo se paraba dándole a un botón.

«NO TENGO NADA Y NO ME VOY A NINGÚN SITIO»

El hombre, según los agentes, se negó en varias ocasiones a salir del vehículo, mientras les decía que no tenía nada en el coche y no se iba a ir a ningún sitio. Según la declaración de los policías, tras negarse hasta en tres ocasiones a abandonar su vehículo volvió a arrancar el mismo y se subió a una acera para sortear a otro coche y poder huir.

En esa huida, el marco de la ventanilla del coche golpea con violencia la mano de uno de los agentes, que tiene que apartarse para no ser atropellado, y le produce la fractura del metatarsiano, por la que tuvo que ser atendido quirúrgicamente esa misma tarde.

Los agentes, apoyados por otras patrullas, localizaron el vehículo del fugado del que se hizo cargo Policía Local, pero no al conductor, que pudo huir a la carrera o haberse metido en algún portal cercano.