En el universo de la gastronomía española, donde la complejidad y el sabor se entrelazan, hay un plato humilde que ha conquistado paladares de todas las edades: los huevos fritos. Su simplicidad no le resta protagonismo; al contrario, la destreza en su preparación es clave para alcanzar la perfección en este manjar.

Ya sea en la clásica sartén, en cazo u olla con agua, o incluso en el moderno microondas, la tradición se fusiona con la innovación. Sin embargo, surge un nuevo contendiente en la cocina saludable: la freidora de aire. Este electrodoméstico, cada vez más presente en los hogares, ofrece una alternativa ligera y baja en grasa para aquellos que buscan una experiencia culinaria más equilibrada.

LA NUEVA FORMA DE HACER HUEVOS FRITOS

La freidora de aire, con su precisa regulación de temperatura, permite obtener huevos fritos con un menor contenido graso. Un proceso sencillo, con solo tres ingredientes: huevos, sal y pimienta. La clave radica en un recipiente apto para la freidora, un toque de spray antiadherente y unos minutos de cocción a 190 °C.

Para los tradicionalistas, la sartén sigue siendo la herramienta de elección. Un ritual que comienza con un buen fondo de aceite, cuidando la temperatura para evitar el punto de humeo. Con herramientas simples como un cucharón, una sartén antiadherente y una espumadera, se crea la danza perfecta para unos huevos fritos de calidad.

El truco está en abrir los huevos con delicadeza y deslizarlos sobre el aceite caliente, evitando roturas y salpicaduras. Un consejo útil: añadir una miga de pan al aceite para controlar la temperatura. La sal se reserva para el momento adecuado, cuidando de no secar la yema prematuramente.

La magia ocurre cuando se baña la clara con el aceite caliente, logrando la puntilla deseada mientras la yema se mantiene jugosa. La espumadera, aliada fundamental, permite retirar el huevo en el punto perfecto, escurriendo el exceso de grasa. El resultado: huevos fritos que desafían la percepción de ser poco saludables.

APORTE CALÓRICO

Contrariamente a la creencia común, los huevos fritos, cuando se preparan con moderación y en aceite de oliva, aportan solo 185 kcal por cada 100 gramos, con 14,5 gramos de grasas. Una opción saludable y nutritiva que demuestra que la tradición y la modernidad pueden coexistir en la cocina española, incluso en el plato más sencillo.