Nacho Lamar es uno de los nombres del momento de la moda aragonesa. Además de acumular varios premios en su corta pero intensa carrera, Nacho Lamar ha diseñado los uniformes del hotel de la Estación de Canfranc, ha desfilado en la Aragón Fashion Week o en Mercedes Fashion Week de Madrid. Y es un torbellino de energía y de ideas, algo que se nota mientras conversas con él al ser capaz de transmitirte esa pasión por la moda y por el trabajo que realiza.

Podría haber desarrollado su carrera profesional fuera de Aragón, pero la tierra le tira y apostó por desarrollar su creatividad por estos lares para demostrar que en el mundo de la moda no está todo dicho.

Y como muestra, su apuesta por la calidad y el diseño al decidir reinventar clásicos como la sastrería, tal y como demuestra con esas campañas de marketing que lanza llenas de ironía y humor con los que Nacho Lamar busca acercarse a los clientes más jóvenes.

UNA CARRERA METEÓRICA

PREGUNTA. En 2017 ganaste la Aguja Goyesca, en 2018 el Certamen de Jóvenes diseñadores de Aragón con la colección «Legado XX», en 2021, fuiste galardonado como Mejor Diseñador de Moda joven español… Tienes una carrera meteórica… ¿Hacia dónde te diriges?

RESPUESTA. Ahora mismo me estoy focalizando en una estructura sólida en torno a la sastrería, sin renegar de mi creatividad, ir cumpliendo objetivos anuales. Tras los uniformes de Canfranc, estoy desarrollando otros trabajos similares para otras empresas que se han fijado en mí, y estoy diseñando las uniformidades de esas entidades, aunque todavía no puedo dar nombres.

El objetivo en este momento es crear esa estructura empresarial con Lamar Bespoke, e intentar ser la sastrería por excelencia en Aragón. Queremos que cuando alguien piense en casarse, piense en nosotros. Y seguir con la creativa cumpliendo objetivos, intentar vender internacionalmente, seguir desfilando en pasarelas, traspasar barreras de uniformidad en teatro y cine…

Todo, dependiendo del tiempo. Este año me llamaron de nuevo de la Madrid Fashion Week con Lamar Contemporany para participar, pero ha sido materialmente imposible. Hay que tener en cuenta que además del tiempo y el dinero, también influye mucho la familia y los amigos. Esa es una parte muy importante de la vida, y hay que cultivarlo. Al final, llevo tanto sacrificio, que eso es lo más importante en la vida.

Nacho Lamar, en la puerta del taller que abrirá en unas semanas en San Vicente de Paúl / HA

¿Desde cuando sabes que quieres dedicarte al mundo de la moda?

Podría contar el típico cliché de que con cinco años vestía muñecas, me apasionaba la moda, soñaba con las pasarelas… Pero no es cierto. Realmente, yo iba despertando una creatividad sin saberlo; jugaba mucho con los niños en la calle, me gustaban mucho los juegos de rol, bajaba el volumen de la televisión y ponía mi propia voz… Todo ese ejercicio de creatividad al final me condujo a estudiar en la Escuela de Arte, estudiar gráfica publicitaria, estudiar patronaje y moda, y al final, ver que la confección, que el mundo de la moda, la customización de las propias prendas era algo que iba despertando dentro de mí. Además en la Escuela de Arte tuve la suerte de tocar fotografía, diseño de producto, escultura, todas las técnicas disciplinarias artísticas…

Al final, esos caminos, esas metodologías del diseño, me han conducido a que yo me estaba haciendo mis propios bastidores de serigrafía, me gustaba mucho esa vanidad superficial de verme cada día mejor, apostar por la imagen la pulcritud, prepararles los estilismos a mi padre la noche anterior para combinarle los trajes y los colores. Además, mi madre es acuarelista, lleva más de 25 años pintando, y al final esa faceta artística que compartimos, ver exposiciones, documentales… Esa curiosidad por el arte y por el mensaje artístico lo profesionalizo en el mundo de la moda. Luego por otro lado, en el mundo de la moda hay muchas vertientes, pero decidí especializarme en sastrería.

En estos tiempos en los que parece que el low cost y el consumo rápido… ¿Qué lleva a un diseñador como tú a tomar la decisión de apostar por una línea de negocio como la sastrería, que a muchos les parecerá hasta algo anticuado?

Yo lo que quiero es reformular al novio actual en el sentido de que por supuesto somos una sastrería clásica que bebemos de la moda británica, de la moda italiana, y trasladamos nuestro conocimiento al cliente.

Entiendo que por la economía de muchas personas, yo mismo he comprado moda low cost, estamos acostumbrados a ese tipo de servicios. Pero cuando estudias y tomas conciencia de dónde viene toda esa ropa, las condiciones en las que se produce, la calidad… Hay que mantener un equilibrio, y apostar por la calidad. Mis clientes apuestan incluso por hacerse las camisas a medida, que cuestan un pelín más de lo que cuesta ese tipo de camisas… Porque además el low cost ahora no es tan low cost como antes. Al final, negocios como el de mi sastrería es una apuesta por la calidad y por el diseño hecho en España. El que lo valora y aprecia, disfruta de esa experiencia del trato personalizado y de la compra de prendas de calidad.

Nuestra línea de sastrería cumple con todos los parámetros de artesanía, de calidades, y hecho en España. Los interiores de nuestra sastrería, la entretela es cosida y no termofijada, como sucede en firmas low cost. Y eso también es algo a valorar. Yo por ejemplo, se lo traslado a nuestros clientes, que aunque no nos compren, pero que entiendan el valor del proceso; cuando vienen las enseño los rollos de entretela, y les explico lo que puede suceder si compramos más barato. Al final, lo barato sale caro.

Además, viendo los mensajes de marketing que lanzas, llenos de humor y con un punto provocativo e irónico, está claro que quieres darle una vuelta al negocio de la sastrería tradicional para atraer público joven…

Sí, con esas campañas quiero transmitir mi visión personal, es mi ADN. Y mi ADN lo quiero inculcar también en mi hijo, que es LAMAR. He visto mucha competencia, muchas marcas, y sé lo quiero y lo que no quiero. Lo que no quiero es lanzar un mensaje castizo, un mensaje anticuado, un mensaje de vanidad, de superficialidad, porque no es lo mío. Yo al final hago ropa para personas, y me siento más a gusto trabajando con gente que se siente identificada con mi ADN.

En la vida hay que ponerle un poco de ironía, de humor, y nosotros mismos somos nuestro propio producto de marketing, tenemos que vendernos de la mejor forma posible. Y desde luego, dentro de la ropa, que es nuestro mensaje, somos como árboles de Navidad, tenemos que ir bien decorados para ser un árbol de Navidad sorprendente. No tenemos que renegar de nuestro poder, de la comunicación no verbal que en este caso es la moda.

Has dicho en alguna ocasión que tras acabar tus estudios, pensaste en quedarte fuera, pero que al final decidiste volver a tu ciudad para desarrollar tu carrera aquí… ¿Qué te llevó a volver a Zaragoza, siendo que en otros territorios quizás hubieras tenido más oportunidades?

Pasé tres pruebas para ser operario técnico en Inditex en Arteixo, y también tenía varias pruebas en firmas de ciudades como Madrid, ya que durante mis cuatro años no solo aprobaba proyectos y exámenes, desfilé desde primero de carrera, gané premios, trabajé en proyectos para otras empresas, y tuve un portfolio muy amplio. Y eso me facilitó pasar las entrevistas.

Pero todo eso sucedió en 2020, fue un año de mucha reflexión, y cuando pasé la última prueba que me hubiera permitido trabajar fuera, lo cierto es que yo estaba deseoso de volver a Zaragoza. Esos años de pandemia, sobre todo esos seis meses de confinamiento, te das cuenta la importancia de la familia y de tu gente. Además, yo soy muy de aquí, de mi tierra, y tenía muy claro que yo tenía un objetivo, que era emprender. Y si quería crear mi firma propia, tenía que ser ya. Así que volví a Zaragoza, registré mi firma en 2020 , me especialicé en sastrería, que es lo que quería, y gracias a FITCA, la Federación de Industrias Textiles y de la Confección de Aragón, hice un curso de sastrería aquí en Aragón durante dos años. Al final, estar en mi ciudad y cerca de mi familia es lo que me da la felicidad.

Ya que hablamos de Zaragoza, en comparación con otros territorios, en los que hace muchas décadas que apostó por la moda, Aragón han sido un páramo, con excepciones como Manuel Pertegaz. Pero en los últimos tiempos, se nota que algo se mueve, con nombres como Antonio Burillo, Ana Guerri, Berduque, además de ti mismo... ¿Qué se puede hacer para terminar de impulsar el sector de la moda en Aragón?

Sin duda, hay que concienciar e involucrar a los clientes para que conozcan lo que se crea aquí. Gracias a medios de comunicación como vosotros, esa tarea es un poco más fácil. Al final, sino tenemos foco, si no brillamos gracias a los medios, no podríamos involucrar a los clientes de aquí. Además, gracias a una iniciativa financiada por el Gobierno de Aragón, la Aragón Fashion Week con FITCA, podemos demostrar nuestra creatividad creando un desfile artístico; en este punto, es muy importante que los clientes entienda que con esos desfiles nos les estamos vendiendo esa ropa, es nuestra aportación , nuestro show, es nuestra forma de expresar nuestro concepto, nuestro línea, con el fin de conseguir que el cliente se emocione, intentando captar su atención.

Es una forma de mostrar nuestro ADN para que al final aposten por nuestros diseños, ya que es importante respaldar a los pequeños emprendedores y apostar por el diseño de aquí. El cliente debe valorar más que está apostando por un emprendimiento, por un talento local que crea más riqueza que la marca de turno donde compra un vestido ya hecho.

Lamar apuesta por el emprendimiento y por el talento local / HA

Ya que hablamos del ambiente de esta ciudad… Se habla mucho de la proyección exterior y del potencial exterior de Zaragoza, pero algo falla para que no termines de despegar frente a otras ciudades de tamaño similar. ¿En qué fallamos? ¿Qué echas en falta en esta ciudad?

Hay mucho talento de gente joven que se ha ido fuera. En líneas generales, hacen falta más ayudas para favorecer el emprendimiento para que la gente apostara más por quedarse en nuestra ciudad. A nivel moda, Zaragoza ha vivido un cambio importante en los últimos años, sobre todo a raíz de la Aragón Fashion Week. Creo que el sector ha cogido más notoriedad, y va a crecer mucho más en los próximos años.

Cuéntanos algún rincón o espacio que te guste e inspire..

La última sesión que hice hace varios años fue en la Casa de Dios de Épila, una finca llena de arte bruto contemporáneo creada por Julio Basanta, e hice allí una sesión de fotografía. También me gustaría hacer algún día una sesión de fotos en el pueblo viejo de Belchite, un lugar muy cinematográfico. Si tuviera que hacer algo de líneas futuristas, una localización podría ser el Pabellón Puente, ya que es un entorno muy fotografiable, lo mismo que el edificio Etopía.

¿Y la moda hacia dónde va? Porque parece que hay mucha moda espectáculo, tal y como pudimos ver hace unos días en los Grammy celebrados en Sevilla. De hecho, da la sensación de que se ha perdido el sentido estético, el buen gusto, o al menos, el saber vestir para cada ocasión.

Efectivamente, ahora ya no se sabe lo que es buen gusto o mal gusto, es muy subjetivo, es como el arte. Es tan difuminado el mensaje, que ya no sabes. Ves al artista del panorama urbano, con mensajes o con música muy exagerada, y él o ella deben ir acordes… Son estilismos muy extravagantes. Yo también entiendo que la moda espectáculo, la moda de noche o de fiesta por llamarlo de alguna manera, sea así para llamar la atención, pero a veces, esa franja estética se está perdiendo. Yo soy un gran defensor de la moda de décadas atrás, de esa pulcritud, de esa elegancia, de esas líneas.

Ahora se prima la comodidad, el sport… Me parece más exclusivo que alguien sea elegante de por sí y que apueste por una sastrería refinada, y ya no tiene que ser clásico, podemos darle un toque moderno con unos zapatos o con un complemento, sin apostar por ese recargo, por el exceso. Al final la moda de hoy trata de individualizar a la persona. Aún así, España es uno de los países en los que mejor se viste; la juventud, aunque no lo parezca, está apostando por ir mejor, apostar por nuestras firmas… También están saliendo muchos influencers de moda, y estamos equiparando con otras potencias mundiales en moda.

¿En Zaragoza se viste bien?

Sí, en Zaragoza se viste bien. No somos la ciudad en la que mejor se viste, pero tampoco somos la peor.