El refrán «en martes 13 ni te cases ni te embarques» resuena con fuerza en el imaginario colectivo de los países de habla hispana, encapsulando el temor y la fascinación que rodean a ciertas supersticiones arraigadas en la cultura popular.

Este particular recelo hacia el número 13, y más específicamente hacia los martes que coinciden con este día, se entrelaza con mitos, religiones y eventos históricos que se extienden a lo largo de los siglos y atraviesan diversas culturas.

EL ORIGEN DEL MISTERIO DEL NÚMERO 13

El número 13 ha sido objeto de desconfianza y temor en múltiples tradiciones culturales, muchas veces vinculado a connotaciones negativas. Desde la perspectiva de la Cábala judía, que menciona a 13 espíritus malignos, hasta las historias abrahámicas del carnero de sacrificio, el 13 se ha asociado con la muerte y el infortunio.

En el cristianismo, la narrativa se intensifica con la presencia de 13 comensales en la Última Cena, la crucifixión de Jesús un viernes 13, y la aparición del Anticristo en el capítulo 13 del Apocalipsis, consolidando así su reputación ominosa.

MARTES Y VIERNES 13: LA SOMBRA DE MARTE Y JESUCRISTO

La elección del martes como un día de mal augurio encuentra sus raíces en la antigua Roma, donde el día estaba dedicado a Marte, el dios de la guerra, cuya influencia se consideraba adversa para la celebración de matrimonios y el inicio de nuevas empresas. Esta creencia se fusiona con la tradición cristiana, creando una amalgama cultural que señala al martes 13 como una fecha especialmente infausta.

Por otro lado, el viernes 13 ha tejido su leyenda negra a través de la historia cristiana, marcado por la crucifixión de Jesús. La narrativa se enriquece con el dramático arresto de los caballeros templarios en octubre de 1307, un evento que cimentó aún más la infamia de esta combinación.

La aversión al número 13 y a ciertas fechas no es exclusiva de la cultura hispana o cristiana. En Italia, el viernes 17 lleva el estigma de la mala suerte, un temor nacido de un juego de palabras con los numerales romanos que insinúan la muerte. Mientras tanto, en el este de Asia, el número 4 es evitado por su homofonía con la palabra «muerte» en chino y japonés, lo que demuestra cómo el miedo y la superstición pueden manifestarse de formas variadas a través de diferentes culturas.

La persistencia de estas supersticiones, que designan días y números como presagios de mala suerte, refleja la complejidad de las creencias humanas y cómo estas pueden ser moldeadas por la religión, la historia y la mitología.

Aunque la ciencia moderna y la racionalidad han desmitificado muchos de estos temores, el refrán «en martes 13 ni te cases ni te embarques» sigue vivo, recordándonos cómo las tradiciones y las supersticiones continúan influenciando las decisiones y creencias en la sociedad contemporánea.