Resistir varios días en un congelador y utilizarlo como reclamo de marketing para un teléfono puede considerarse una mala idea… o, en su defecto, una manera simpática y llamativa de captar la atención tras un año difícil. Y es que 2023 no fue precisamente un buen año para OPPO. La firma china se vio envuelta en una importante disputa judicial con Nokia relacionada con el uso de patentes, lo que resultó en una cuantiosa indemnización.

Esta situación llevó a OPPO a retirarse de países como Alemania y Francia, y en España, la compañía adoptó un enfoque conservador, manteniendo la venta de ciertos modelos sin introducir nuevas propuestas en el mercado europeo.

Por eso, probar ahora el OPPO Reno 11F 5G ha sido una buena noticia por partida doble: primero, porque indica que la firma está reactivando su presencia en nuestro mercado; y segundo, porque se trata de un gama media muy interesante que merece la pena tener en cuenta.

Aunque la mayoría de los usuarios no compra un smartphone por su resistencia a condiciones extremas, no está de más saber que tu teléfono puede soportar cambios bruscos de temperatura y caídas sin problemas. El OPPO Reno 11F 5G resiste temperaturas desde -20ºC hasta 55ºC, asegurando un funcionamiento sin alteraciones, incluyendo la carga de la batería. Además, promete ser duradero ante golpes.

Evidentemente, este teléfono es más que un cuerpo súper resistente. Internamente, cuenta con un procesador MediaTek Dimensity 7050 y 8 GB de RAM, suficientes para un rendimiento eficaz. El sistema operativo es Color OS 14, basado en Android 14, con una interfaz amigable y sin complicaciones para casi cualquier usuario. Sin embargo, el bloatware es notablemente excesivo, con muchas aplicaciones preinstaladas que se pueden desinstalar, pero que resultan molestas.

El manejo del teléfono es fluido, las aplicaciones se abren rápidamente y no se percibe lag. Incluso en juegos, el rendimiento es bueno, sin calentamiento excesivo y con la soltura necesaria para disfrutar de ellos. El lector de huellas integrado en pantalla responde rápidamente y el reconocimiento facial también funciona eficientemente. La pantalla de 6,7 pulgadas se ve muy bien, con buenos colores, contraste y un brillo adecuado incluso bajo el sol, además de un refresco de 120 Hz que mejora la sensación de fluidez.

En cuanto al diseño, el patrón de ondas desiguales en la parte trasera puede no ser del gusto de todos, pero es una propuesta disruptiva y novedosa. Los bordes planos facilitan el agarre y el manejo con una mano, a pesar del tamaño del teléfono, es cómodo gracias a su peso ligero de 177 gramos, lo que se siente increíblemente cómodo comparado con otros modelos más pesados.

La batería de 5000 mAh ofrece una jornada completa de uso intensivo sin problemas y puede extenderse más con un uso moderado. El cargador Super Charger de 65 W carga el 30% de la batería en solo 10 minutos y el 100% en 48 minutos, aunque no viene incluido en la caja y debe adquirirse por separado.

A nivel fotográfico, el OPPO Reno 11F tiene una configuración típica de gama media: un sensor principal de 64 megapíxeles, un gran angular de 8 MP y un macro de 2 MP. El sensor principal ofrece buenas fotos de día, con enfoque rápido y buen balance de color. De noche, la calidad baja, pero sigue siendo decente con el modo noche. El gran angular presenta más pérdida de detalle y peor manejo del color, y el macro es el menos impresionante del conjunto.