La Neuroeducación está muy presente en el actual panorama educativo, ofreciendo una nueva visión de la enseñanza, basada en el funcionamiento del cerebro. Conocer cómo el cerebro elabora la información, la aprende, la procesa, la ejecuta y procede a la toma de decisiones, nos permite ofrecer un proceso de enseñanza-aprendizaje más significativo y adecuado para la infancia.

Sin emoción no hay aprendizaje, por eso es necesario llegar a la emoción, ponerle pasión al aprendizaje. Como dice Francisco Mora, doctor en medicina y neurociencia: “Sólo se puede aprender aquello que se ama”, aquello que nos emociona es lo que verdaderamente nos mueve a aprender.

En el colegio Escuelas Pías (Escolapios) de Zaragoza, se tienen en cuenta todos estos aspectos y se trabaja en esta línea. A través del aprendizaje manipulativo y vivencial, se brindan diferentes experiencias sensoriales, externas o internas, que modelan la forma de imaginar y, por tanto, de pensar de los más pequeños y pequeñas.

Un nuevo aprendizaje se da cuando las nuevas experiencias sensoriales modifican o hacen más complejas nuestras imágenes del mundo y nosotros mismos.

Para estimular los sentidos, hay muchas actividades que se llevan a cabo en las aulas, como jugar con hojas de otoño, hacer trazos en espuma, construir figuras con masa de sal, provocaciones con diferentes tipos de materiales, instalaciones de juego con cartón, dejar volar la creatividad pintando con chocolate… etc. Todo ello descubriéndolo a través de la sorpresa y la curiosidad.

Desde el aula, y desde los primeros años de escolarización, es importante manejar juegos de memoria, de imitación, rompecabezas, juegos de estrategias, actividades de planificación y organización, juegos de mesa y de reglas, siempre adaptadas a su corta edad e ir aumentado la dificultad.