Aragón ha estado habitado desde tiempos inmemoriales. Como lugar de cruce de caminos, entre el Mediterráneo y el Cantábrico, y entre el Pirineo y la Meseta, el solar de nuestra actual Comunidad Autónoma ha visto pasar a múltiples culturas y civilizaciones. Entre ellas, la civilización romana.

Caesar Agusta, la actual Zaragoza, fue la urbe más importante en tiempos de los romanos, como capital administrativa de un amplio convento jurídico. Pero la romanización fue intensa, y por el territorio aragonés se extendió una amplia red de ciudades, calzadas, infraestructuras como la presa de Almonacid de La Cuba. Algunas de esas ciudades, eran antiguas poblaciones indígenas romanizadas, otras, fueron colonias de nueva creación.

LAS PRINCIPALES CIUDADES ROMANAS DE ARAGÓN

Muchas de las ciudades más importantes de la época romana todavía tienen un papel destacado en el Aragón actual, dos mil años después. En cambio, otras ciudades desaparecieron y son solo un recuerdo de una época brillante que acabó para siempre.

Entre las ciudades más importantes de la época, destaca especialmente Bilbilis, la ciudad romana situada cerca de Calatayud. Esta ciudad amurallada tenía 30.000 hectáreas y entre 3.500 y 4.000 habitantes. Contaba con un foro, termas y destacadas casas como la de Ninfeo o la de la Fortuna.

Teatro de Bilbilis / Ayto. de Calatayud

También tenía un impresionante teatro con capacidad para 4.600 habitantes, más que los habitantes que tenía la ciudad, y una compleja red hidráulica a base de cisternas enlazadas entre sí. Desde la época de Trajano, Bilbilis comienza un proceso de decadencia que le llevará a desaparecer a finales del siglo IV o inicios del siglo V.

En el entorno del Moncayo nos encontramos con otras tres localidades romanas que todavía tienen un papel destacado en esta zona de la Comunidad: Turiaso (Tarazona), Bursau (Borja) y la conocida en la actualidad como El Convento, en Mallén. En este último yacimiento se han encontrado importantes restos que demuestran su importancia en época romana.

En el Cerro del Villar, cercano a Monreal de Ariza, se situaba la ciudad celtíbera de Arcóbriga, que fue romanizada allá por el siglo I d.C, y contó con foro, teatro, termas… Fue abandonada en el siglo III d.C., en medio de guerras civiles y crisis monetaria.

Resto de Arcóbriga / Patrimonio Cultural de Aragón

Más al norte, en las actuales Cinco Villas, nos encontramos con otra de las ciudades más importantes: Los Bañales, situado en el término municipal de Uncastillo. La ciudad tenía unas 20 hectáreas, y se han encontrado restos que van desde el foro a un templo, pasando por unas monumentales termas, distintas viviendas y 32 pilares que formaban parte de un acueducto que transportaba el agua desde un embalse a la ciudad.

En el Valle del Ebro, destacaban especialmente Lepida Celsa, la colonia que se situaba en Velilla de Ebro. Esta colonia fue la principal ciudad hasta que se fundó Caesar Augusta. Y hace pocos días, en la plaza mayor de Velilla se han encontrado los restos del foro de la vieja colonia romana. No muy lejos, se encuentran también los restos del Cabezo de Alcalá, en Azaila (Teruel), una ciudad ibero-romana que fue destruida durante las Guerras Sertorianas.

Restos de Celsa, en Velilla de Ebro / Patrimonio Cultural de Aragón

Al sur de Zaragoza, en Botorrita, se encuentra otro de los yacimientos más importantes, Contrebia Belaisca, un ciudad que llegó a ser un importante centro administrativo. En el yacimiento del Cabezo de las Minas, se encontraron los Bronces de Botorrita, una serie de planchas de bronce del siglo I a.C. en las que se plasma un pleito entre entre los habitantes de Salduie (la actual Zaragoza) y Alaun (el actual Alagón).

En la provincia de Huesca había ciudades como Iaca, (la actual Jaca), una ciudad clave que fue ceca y un importante centro económico, cumpliendo una función clave para proteger los caminos del Pirineo. En el siglo IV entró en decadencia por los bandidos que atacaban a los mercaderes que recorrían las rutas pirenaicas.

También destacaba Labitolosa, una ciudad situada en la Puebla de Castro que se desarrolló entre el siglo I a. C. y finales del siglo II d. C. En las sucesivas campañas arqueológicas se ha hallado el foro (destacando la curia, perfectamente conservada), dos edificios termales y una domus, entre otras construcciones.