La presencia de restos romanos en Aragón en numerosa. En Zaragoza, la ruta romana nos descubre las ruinas del teatro romano, las termas o el Foro, además de los tramos de murallas todavía conservados. Fuera de la capital, encontramos joyas como Los Bañales, Villa Fortunatus en Fraga, o el mausoleo de Fabara. También destacan la colonia Lepida Celsa en Velilla de Ebro, la ciudad romana de Labitolosa, en La Puebla de Castro, o la ciudad ibero romana del Cabezo de Azaila.

Tampoco podemos olvidarnos de la espectacular presa romana de Almonacid de la Cuba. La presa, la más alta de cuantas Roma construyó en España, se levantó para retener las aguas del río Aguasvivas. Popularmente, la presa se conoce como La Cuba (de ahí el nombre de la localidad). La presa tiene 120 metros de largo, una anchura de 27 metros y una altura de 34 metros, lo que permite albergar seis hectómetros cúbicos de agua.

Esta infraestructura romana fue una de las tres presas que los romanos construyeron para regular las aguas de este río. Fue levantada en el siglo I, aunque sufrió sucesivas modificaciones hasta llegar a su aspecto actual, que adoptó en el siglo siguiente. 

presa de almonacid de la cuba
La presa puede visitarse con unas pasarelas / Campo de Belchite

El agua aquí almacenada se utilizó sobre todo para uso agrícola, aunque también fue utilizada para el consumo urbano. Y estuvo en uso hasta el siglo III, cuando fue abandonada. Posteriormente, en época musulmana, la presa de Almonacid fue puesta en marcha de nuevo como azud, un uso que todavía mantiene en la actualidad.

La presa, declarada Bien de Interés Cultural, está perfectamente conservada. Y para poder visitarla, se han construido unas pasarelas y se ha recuperado un tramo de 103 escalones que bajan hasta la base de la presa, para poder admirarla de cerca.

Hay varias formas de conocer este monumento de época romana. Por un lado, puede visitarse por libre desde un par de miradores; pero si quieres conocerla más profundamente, el ayuntamiento ofrece visitas guiadas para conocer la historia de esta infraestructura hidráulica mediante un recorrido por pasarelas, conociendo también la fauna y flora de la zona, o un molino harinero del siglo XIII. Esta opción tiene una duración de una hora y media.