El célebre pintor aragonés Francisco de Goya falleció el 16 de abril de 1828 en Burdeos, Francia. Tras su muerte, fue sepultado en el cementerio de La Chartreuse, junto a los restos de su consuegro, Martín Miguel de Goicoechea. Sin embargo, el viaje final de los restos de Goya no terminaría allí.

Años después, en 1863, comenzaron las gestiones para trasladar sus restos a Zaragoza, impulsadas por la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País y Francisco Zapater y Gómez. A pesar de estos esfuerzos, todos los intentos fallaron y, después de una primera exhumación en 1888, los restos de Goya fueron trasladados a Madrid en 1899.

Allí, fueron depositados sucesivamente en la cripta de la colegiata de San Isidro, el Panteón de Hombres Ilustres de la Sacramental de San Isidro y finalmente, en 1919, en la ermita de San Antonio de la Florida.

En un emotivo gesto de hermandad y reconocimiento cultural, el Ayuntamiento de Burdeos y los herederos de la familia Goicoechea donaron en 1927 el cenotafio de la tumba de Burdeos a la ciudad de Zaragoza. Este cenotafio, recibido por la Junta del Centenario de Goya en 1928, fue inicialmente instalado en los jardines del Rincón de Goya y posteriormente, en 1946, trasladado a la plaza del Pilar.

LA TUMBA VACÍA DE FRANCISCO DE GOYA

El cenotafio de Francisco de Goya, ubicado en la plaza del Pilar frente a la Lonja y junto al Monumento a Goya, lleva una inscripción en francés que recuerda el entierro inicial de Goya en Burdeos y su posterior traslado a Madrid. Además, hay inscripciones que hacen referencia a la familia Goicoechea, honrando así la memoria del consuegro de Goya.

Este monumento funerario no solo simboliza el legado artístico de Goya, sino también la conexión cultural entre Burdeos y Zaragoza. La iniciativa de la Junta del Centenario de Goya de traer el cenotafio a Zaragoza fue un acto de preservación del patrimonio histórico y un tributo a uno de los pintores más influyentes de España.

La presencia del cenotafio en Zaragoza representa un vínculo tangible con la vida y obra de Goya, manteniendo viva su memoria en su ciudad natal… aunque casi nadie conoce su existencia.