A medida que la oscuridad envuelve las calles de Zaragoza, la ciudad se transforma en un escenario de leyendas y misterios. Las historias paranormales que residen sus rincones, plazas y hasta en las profundidades del río Ebro cobran vida, en ocasiones, atrapando la imaginación de propios y extraños.

Algunas de estas leyendas, las cuales ni Iker Jiménez ha sabido darle respuesta en su programa Cuarto Milenio, por su naturaleza impactante, han cruzado fronteras, llegando a ser objeto de reportajes en reconocidos periódicos del Reino Unido.

EL ABISMO DEL POZO DE SAN LAZARO

En el puente de Piedra, entre los dos arcos más septentrionales, se esconde un misterioso pozo de origen artificial, conocido como el Pozo de San Lázaro. Según la leyenda, nadie ha emergido vivo de sus profundidades. Este pozo, que en su momento estaba junto al Convento de San Lázaro (1224), servía como lugar de descanso final para los enfermos de lepra. Cuenta la historia que los cuerpos eran arrojados al pozo, desapareciendo en la oscuridad.

EL DUENDE DE GASCÓN DE GOTOR

En 1934, el número dos de la calle Gascón de Gotor fue el epicentro de un enigma que resonó hasta en las páginas del periódico The Times del Reino Unido. Los habitantes de la casa y los vecinos eran testigos de risas y voces fantasmales detrás del hornillo. Policías, médiums y curiosos intentaron desvelar el misterio sin éxito, y aunque se rumoreó que la criada de la casa era una hábil ventrílocua, la verdad nunca salió a la luz.

EL NIÑO DE LA PLAZA DE SAN FELIPE

La Plaza San Felipe alberga una curiosa leyenda vinculada a un niño de piedra que mira fijamente hacia un punto que, antiguamente, era la Torre Nueva. Este edificio, demolido pese a su valor histórico y arquitectónico, albergaba, según las historias, un espíritu travieso que manipulaba el reloj y las campanas a su antojo.

LA HABITACIÓN 510 DEL HOTEL CORONA

El trágico incendio del 12 de julio de 1979 en el Hotel Corona de Aragón, que se cobró más de 80 vidas, dejó tras de sí una sombra de misterio y terror. La habitación 510, en particular, es conocida por fenómenos paranormales reportados por huéspedes: figuras fantasmales en los pasillos, sonidos inexplicables y fluctuaciones de temperatura. Este lugar, teñido por la tragedia, se ha convertido en un símbolo de las leyendas urbanas de la ciudad.