Enclavada en territorio francés pero perteneciente a España, Llivia es una joya histórica que deslumbra a quienes la visitan. Su singularidad se manifiesta en su antigua farmacia, de 1415, la más antigua de Europa, y en su imponente fortaleza que ha sido testigo de las vicisitudes fronterizas a lo largo de los siglos.

LLIVIA

La historia de Llivia se remonta a la época romana, cuando era conocida como Lulia Lybica, y ha sido escenario de batallas, tratados y rebeliones. Hoy en día, sus monumentos, como la iglesia de Nostra Senyora dels Angels y la Torre de Bernat de So, así como sus calles, nos transportan a través de los siglos, ofreciendo una experiencia inolvidable para los visitantes de España y Francia.

El castillo de Llivia, situado en lo alto de la colina Puig del Castell, es un testimonio viviente de la historia de la región. Construido inicialmente por los romanos, fue ocupado por diversas civilizaciones a lo largo de los siglos, incluidos los musulmanes y los francos. Su estructura cuadrangular, con torres circulares y un profundo foso, refleja la importancia estratégica que tuvo en el pasado. Desde sus murallas se pueden contemplar impresionantes panorámicas del enclave de Llivia, ofreciendo una vista única de esta región fronteriza.

LA FARMACIA ESTEVE Y LAS VISITAS OBLIGATORIAS

La Farmacia Esteve, fundada en 1415, es otro tesoro histórico de Llivia. Aunque cerró sus puertas en 1942, hoy en día funciona como museo, exhibiendo una impresionante colección de albarelos del siglo XVI y XVIII, así como instrumental antiguo y un magnífico armario barroco. Esta farmacia es un testimonio del rico patrimonio cultural de Llivia y una parada obligatoria para los amantes de la historia y la medicina.

La iglesia de Nostra Senyora dels Angels, construida en el siglo XVI y finalizada en 1617, es otro punto de interes en la visita. Su estilo gótico tardío y sus impresionantes herrajes de la puerta, realizados en el siglo XIII, la convierten en un ejemplo único de arquitectura sacra. En su interior, se encuentra una imagen románico-gótica del siglo XIV, el Cristo de Llivia, venerada por los arrieros que cruzaban los Pirineos.

Además de sus monumentos históricos, Llivia ofrece a los visitantes la oportunidad de explorar sus encantadoras calles, como la Plaza Mayor y las calles Mercadal, Fontcitrana y Santa María, donde se pueden admirar viviendas que datan del siglo XIII. La Torre de Bernat de So, una edificación medieval redonda mencionada desde el siglo XIV ofrece una visión de la historia defensiva de la región.

Llivia es mucho más que una rareza histórico-geográfica. Para aquellos que buscan una experiencia única en la frontera entre España y Francia, Llivia es un destino imperdible.