Con la llegada del invierno, los primeros copos de nieve transforman los paisajes españoles en auténticos escenarios de cuento. Es el momento de disfrutar del calor junto a la estufa de leña, pero también de explorar los encantadores pueblos que adquieren un toque especial con el manto blanco que los cubre.

En nuestra lista de destinos invernales, Llánaves de la Reina en León destaca como el pueblo que más nieve recibe en España, con una media de 59 días anuales cubierto por este regalo blanco. A 1,420 metros de altitud, sus paisajes se visten de ensueño, aunque los visitantes deben estar preparados para posibles incomunicaciones debido a las intensas nevadas.

Bronchales – Teruel

Bronchales, en la sierra de Albarracín, a 1,569 metros sobre el nivel del mar, ofrece un escenario perfecto para rutas con raquetas de nieve y la diversión de crear muñecos en su entorno boscoso. Griegos, también en la sierra de Albarracín, a 1,601 metros, invita a explorar sus bosques de pino silvestre y praderas de alta montaña.

Griegos – Teruel
Canfranc – Huesca

Canfranc, conocido por su estación de tren y ahora un destino revitalizado, se viste de postal navideña con sus bonitos bosques pirenaicos. Benasque, en el Pirineo aragonés, ofrece animadas calles llenas de montañeros disfrutando de diversas actividades invernales.

Benasque – Huesca
Salardú – Lleida

Salardú, en el Pirineo de Lleida, presenta un escenario pintoresco con una plaza Mayor encantadora y la iglesia románico-gótica de Sant Andreu de Salardú. Taüll, a 1,510 metros en el Vall de Boí, muestra su encanto especial cuando la nieve abraza sus calles.

Taüll – Lleida
Roncesvalles – Navarra

Roncesvalles, punto de partida del Camino de Santiago, a 923 metros de altitud, brinda parajes nevados y la imponente Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles. Sotres, el pueblo más alto de Asturias a 1,050 metros, ofrece vistas del Picu Urriellu, símbolo de los Picos de Europa.

Sotres – Asturias
Castillo de Argüeso – Cantabria

Argüeso, en Cantabria, con menos de 100 habitantes, presenta su castillo de San Vicente en un entorno nevado. Cerramos la lista con Morella en Castellón, un pintoresco pueblo del interior que se viste de blanco, especialmente en enero, creando estampas espectaculares junto al Parque Natural de la Tinença de Benifassà.

Morella – Castellón

Antes de aventurarse, es crucial seguir las recomendaciones meteorológicas y respetar la vida local para una experiencia invernal memorable