La topografía de España ofrece un panorama tan diverso como fascinante, que siempre incita a explorar sus aspectos más singulares. Un ejemplo de ello es este pueblo que lleva décadas abandonado por un error que parece sacado de una película. Se trata de un pueblo singular y rodeado de murallas, pero prácticamente sin habitantes desde hace décadas.

Es La Muralla de Granadilla, una pequeña localidad situada al noroeste de la provincia de Cáceres, en la comunidad autónoma de Extremadura. Está ubicada en un entorno natural de gran belleza, rodeado de montañas y bosques, en las proximidades del río Alagón. Durante la Edad Media, este lugar fue un enclave defensivo importante y albergaba una próspera comunidad dentro de sus murallas.

Sin embargo, en la actualidad está completamente deshabitado desde mediados del siglo XX, un hecho que sorprende al observar el buen estado de sus calles. A pesar de su abandono, la Muralla de Granadilla conserva un valioso patrimonio histórico y arquitectónico, siendo su monumento más destacado la impresionante muralla medieval que rodea el antiguo núcleo urbano. De hecho, es una de las construcciones de este tipo mejor conservadas en todo el país.

HISTORIA DE LA MURALLA DE GRANADILLA

Granadilla fue fundada en la Edad Media, en el siglo XII, cuando la región estaba bajo dominio musulmán. Su ubicación estratégica en una colina junto al río Alagón la convirtió en un importante bastión defensivo, de ahí la construcción de su muralla, aunque esta se erigió más tarde, y un centro comercial.

Tras la conquista cristiana en el siglo XIII, Granadilla pasó a manos de la Orden del Temple. Los templarios fortificaron el pueblo y levantaron un castillo sobre la antigua fortaleza musulmana. Esta fortificación desempeñó un papel crucial durante las guerras entre los reinos de Castilla y León en la Edad Media.

A finales del siglo XV, con la disolución de la Orden del Temple, Granadilla se incorporó al señorío de los condes de Plasencia. Experimentó un período de esplendor bajo el patrocinio de esta influyente familia noble, una de las más poderosas de España en ese entonces.

EL DECLIVE DE LA MURALLA DE GRANADILLA

Granadilla comenzó a decaer en la primera mitad del siglo XX debido a varios factores. Su aislamiento geográfico, en un valle rodeado de montañas, dificultaba las comunicaciones y el comercio. Además, la falta de industrialización y oportunidades laborales provocó una migración masiva hacia las ciudades.

Sin embargo, el factor determinante fue la construcción del embalse de Gabriel y Galán en la década de 1960, que resultó en la inundación de gran parte del término municipal de Granadilla. Aunque el pueblo en sí no quedó sumergido, quedó completamente rodeado por el agua.

Esto llevó al abandono definitivo de Granadilla en 1969, cuando sus últimos habitantes fueron trasladados a un nuevo pueblo construido en las afueras. Este traslado se debió a un error de cálculo sobre el impacto de la naturaleza, un error que sigue repitiéndose en la actualidad.

Desde entonces, la antigua Granadilla permanece deshabitada, convirtiéndose en un pueblo fantasma custodiado por su imponente muralla. El agua del embalse ha causado daños en los edificios cercanos a la orilla, acelerando el deterioro del valioso patrimonio arquitectónico que sus habitantes tuvieron que abandonar.

Como se puede observar, la Muralla de Granadilla es un lugar enigmático y peculiar, que admite todos los adjetivos sinónimos que se le puedan aplicar. ¿Quién habría imaginado que tendríamos un pueblo rodeado por error en la España de hoy en día? Tal vez lugares como este sean los que han captado la atención de la UNESCO, que tiene la intención de declarar a este otro pueblo Patrimonio de la Humanidad (lo cual realmente se merece).