En la vasta geografía española, marcada por paisajes de ensueño y ricas tradiciones, la historia de Ruesta emerge como un testimonio de resiliencia en medio de la España Vaciada. Situada en la encrucijada de las comarcas de las Cinco Villas y la Jacetanía, este pueblo zaragozano se erige como un bastión de lucha contra el abandono.

Con sus raíces hundidas en la tierra que abraza al río Aragón y al Camino de Santiago en su variante del camino francés, Ruesta encarna la dualidad entre el pasado y el presente, entre el éxodo y la esperanza. Aunque está catalogado como uno de los miles de pueblos españoles abandonados, su historia rebosa vitalidad y renovación.

LA HISTORIA DE RUESTA

El embalse de Yesa, erigido en 1965, marcó un punto de inflexión en la vida de Ruesta y de sus vecinos. La negación de vastas extensiones de terreno agrícola provocó un éxodo masivo, dejando a su paso un panorama desolador de calles vacías y casas abandonadas. Esco y Tiermas, dos poblaciones hermanas, compartieron el destino de Ruesta, sumiéndose en el silencio de la desolación.

Sin embargo, en medio de la oscuridad, surgió un rayo de esperanza. En 1988, la Confederación General del Trabajo tomó las riendas de Ruesta, con el firme propósito de insuflar vida nuevamente en sus calles vacías. Así, con determinación y esfuerzo, se inició un proceso de revitalización que transformó la desolación en un oasis de actividad social y cultural.

UN HILO DE ESPERANZA

El corazón de este renacimiento palpita en el antiguo castillo de Ruesta, testigo mudo de siglos de historia. Sus torres, erguidas con orgullo sobre el horizonte, son faros de esperanza para los peregrinos que recorren el Camino de Santiago. En su interior, la Casa de Cultura de Ramón Acín y los albergues Casa Valentín y Casa Alifonso son testigos del compromiso por preservar la identidad y el legado de este pueblo.

Gracias a esta asistencia, se pudo crear los albergues de Casa Valentín y Casa Alifonso. En el año 2000 se terminó la Casa de Cultura de Ramón Acín donde se celebraron conferencias, reuniones y encuentros.

PATRIMONIO HISTÓRICO

El castillo de Ruesta, joya arquitectónica que se alza imponente en el paisaje, no solo es un símbolo de fortaleza física, sino también un recordatorio de las épocas pasadas. Con sus torres y murallas, ofrece un vistazo al pasado medieval de la región, atrayendo a historiadores, arqueólogos y curiosos por igual.

EL FUTURO DE RUESTA

Hoy, Ruesta es un ejemplo de resistencia y superación en la lucha contra la despoblación. Su historia, marcada por la adversidad y la perseverancia, nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, la luz de la comunidad y la solidaridad puede alumbrar un nuevo amanecer.

En las calles empedradas de Ruesta, el eco de su resurgimiento resuena como un canto de esperanza para la España Vaciada y más allá. Con cada paso de los peregrinos que recorren el Camino de Santiago, con cada evento cultural que anima sus plazas y calles, Ruesta renueva su compromiso con el futuro, demostrando que, cuando una comunidad se une en pos de un objetivo común, ningún desafío es insuperable.