CIRCE – Centro Tecnológico, especializado en aportar soluciones innovadoras para un desarrollo sostenible, ha desarrollado una metodología pionera destinada a transformar las áreas urbanas en espacios más resilientes a los fenómenos meteorológicos, más eficientes desde el punto de vista energético y más acogedores para sus habitantes.

A medida que las ciudades se expanden y los desafíos climáticos se vuelven más comunes y severos, es imperativo desarrollar entornos urbanos más sostenibles y confortables. En este contexto, marcado por la urgencia climática, la adaptación se convierte en una prioridad absoluta.

La herramienta creada por CIRCE capitaliza las tecnologías de modelado más sofisticadas junto con datos detallados sobre la estructura urbana -desde la configuración de calles hasta patrones de edificación- para evaluar y mejorar las condiciones microclimáticas al aire libre. Los programas utilizados permiten simular con precisión las condiciones climáticas exteriores e interiores a partir de datos reales, lo que ayuda a evaluar cómo diversas intervenciones pueden mejorar el confort de las personas y reducir la demanda energética en los edificios. Para garantizar que las simulaciones son representativas de la realidad, se alimentan con mediciones de datos reales a través de sensores de parámetros climáticos relevantes.

Además, la metodología ofrece una plataforma dinámica para la toma de decisiones en tiempo real, permitiendo a los urbanistas y diseñadores ajustar y optimizar las intervenciones urbanas para maximizar su efectividad. Es decir, que no solo sirve para diseñar y predecir, también permite verificar y seguir la efectividad de las soluciones propuestas.

La configuración de las ciudades, la altura de los edificios, el ancho de las calles y la cantidad de áreas verdes, pueden crear lo que se conoce como «islas de calor urbano», donde las temperaturas pueden ser significativamente más altas que sus alrededores rurales. Apoyar estrategias de enfriamiento a nivel urbanístico puede ayudar a mitigar su efecto, así como ayudar a la ciudadanía a usar estrategias de refrigeración pasiva o establecer refugios climáticos.

UN ENFOQUE PRÁCTICO PARA PROBLEMAS REALES

Su aplicación tiene un alcance amplio y práctico. Puede ser utilizada para evaluar la idoneidad de espacios para celebrar eventos al aire libre, mejorar la planificación de infraestructura pública y formular respuestas a emergencias climáticas como olas de calor o temporadas de frío extremo. Además, tiene un papel crucial en la adaptación de los espacios urbanos a las necesidades que surgen del cambio climático, permitiendo cuantificar la efectividad de intervenciones como la instalación de toldos, acciones de renaturalización como la plantación de árboles y otras estrategias para combatir las “islas de calor”. En definitiva, la metodología está orientada a informar los procesos de diseño y diagnóstico urbano, que pueden resultar por ejemplo en la creación de rutas peatonales y ciclables más agradables.

Esta metodología ya se está probando dentro del proyecto europeo CARDIMED, con el que se está tratando de adaptar los patios escolares a las olas de calor a través de soluciones basadas en la naturaleza y demostrando cómo estas tecnologías pueden mejorar directamente la calidad de vida en el medio urbano.

Esta nueva innovación destaca la importancia de las soluciones basadas en la naturaleza y la tecnología en la creación de entornos urbanos más agradables y sostenibles. A medida que avanzamos hacia un futuro incierto en términos climáticos, herramientas como estas serán fundamentales para asegurar que nuestras ciudades no solo sobrevivan, sino que prosperen en armonía con el medio ambiente.

* Este artículo forma parte de un completo especial de sostenibilidad en el que han participado más de 20 empresas. Ver el especial completo aquí.