Salvo algunas excepciones, los mercados de barrio de Zaragoza languidecen desde hace tiempo. Frente a la frenética actividad que había en estos centros hace algunas décadas, con decenas de clientes recorriendo los pasillos para comprar carnes, pescados, frutas o encurtidos, lo cierto es que muchas de estas galerías de alimentación no han podido adaptarse al cambio de hábitos de los consumidores. Como dato, en la actualidad, quedan solo 32 mercados, frente a las más de galerías que había en los años 70 por toda la ciudad.

Mientras que algunos aún conservan una envidiable vitalidad, en muchos de estos mercados conviven puestos abiertos y cerrados, restando atractivo a estas galerías que forman parte del paisaje urbano. Y a algunos de ellos, nos les ha quedado más remedio que bajar la persiana.

En los últimos tiempos, el mercado de Hernán Cortés cerró sus puertas en marzo y el espacio puesto en alquiler, mientras que en el Nuevo Mercado Fleta, cerrado en 2021, fue reconvertido en una tienda de la cadena low cost Pepco. El Mercado Azoque también se despidió en 2023, tras el cierre del mítico Bar Siberiano.

El Mercado de Hernán Cortés se reconvirtió en un espacio donde comer y comprar, además de eventos, talleres… / Cedida

Ahora, algunos de estos mercados están encontrando un revulsivo con la apertura de bares y córners gourmet donde es posible picar algo, dando nueva vida a estas galerías comerciales. Realmente, el concepto no es algo nuevo. En muchos mercados zaragozanos ya existía un pequeño bar que despachaba desde el punto de la madrugada cafés bien cargados a clientes y a los trabajadores de los puestos vecinos.

A este concepto se le ha dado la vuelta siguiendo el ejemplo que ya hay en mercados de muchas ciudades españolas. Y no hablamos de mercados turísticos, como el Mercado de San Miguel de Madrid. Hablamos de mercados donde entre los puestos de frutas, pescados o carnes, hay pequeños bares donde poder picar algo.

Frente al modelo de mercado turísticos, este tipo de galerías es mucho más auténtico, ya que conservan el sabor de siempre de estos espacios comerciales, aunque añadiendo un aliciente: el de poder picar algo ya sea porque estás haciendo unas compras, o porque has ido de propio a tomar algo.

LOS MERCADOS ZARAGOZANOS TAMBIÉN SE REINVENTAN

En la capital aragonesa, esta solución comienza a extenderse también por los mercados zaragozanos, que han visto en esa combinación de compras y hostelería una forma de reinventarse y revitalizar estos espacios comerciales, rejuveneciendo y atrayendo público nuevo que había dejado de visitar los mercados.

Porque a estos puestos van tanto clientes del propio mercado, como visitantes que acuden atraídos por las hamburguesas o los vinagrillos que se ofrecen en algunos de estos puestos. Esos nuevos visitantes también adquieren la rutina de acudir al mercado, y son clientes potenciales de los puestos de alimentación existentes.

En la renovación del Mercado Central ya se plasmó esa intención de combinar puestos tradicionales y puestos de degustación con Rombo Central, el espacio gastronómico que se instaló en la zona central del Mercado, con la intención de tener oferta hostelera, pero sin desvirtuar el espacio tradicional.

Rombo Central: el espacio del Mercado Central para degustar puestos de degustación / Cedida

La última incorporación a esta tendencia fue Toho, un bar japonés que abrió el pasado 20 de junio es el mercado de Arzobispo Domenech de la mano de dos apasionados del país del Sol naciente, Rebeca Sánchez y Álex Alejandre siguiendo la filosofía de los bares que se abren en las galerías japonesas, tal y como puede verse en películas como Perfect Days, dirigida por Wim Wenders.

En este moderno puesto del mercado se ofrece café de especialidad, matcha, dulces y aperitivos salados y dulces para el desayuno y el almuerzo, además de un menú de sushi al medio día. Y más adelante, tendrán catas de sake y brunch japonés los domingos. Además, la apertura de este bar va acompañado de un puesto de productos gourmet japoneses y comida para llevar por encargo, aunque cada día habrá una cantidad de bandejas a la venta.

Hamburguesas Smash / Mike’s

Antes de Toho, en el mercado de San Miguel también apostaron por este camino con la apertura de varios puestos destinados a la hostelería y que han llenado de vida el mercado. No solo en el horario comercial de los puestos, sino también por las noches o los fines de semana. El primero en embarcarse en el mercado de San Miguel fue Mike’s, una hamburguesería smash en la que las hamburguesa se hacen a la parrilla prensando la carne fuertemente contra la plancha con el fin de que quede crujiente por fuera y jugosa por dentro. 

Tras la hamburguesería, llegó de la mano de Abel Mora (propietario de mítico Uasabi del Tubo). El Maestro del Sushi. En su oferta de comida nipona destacan especialmente las piezas de sushi con predominio de salmón y atún, con otros ingredientes como tartar o aguacate. La oferta se complementa con Pepinillo, una vermutería situada a la entrada del mercado especializada en vinagrillos, gildas, montaditos y tapeo variado.

La hostelería también tendrá su hueco en un futuro próximo en el Mercado de Gran Vía. Este histórico mercado está a punto de ser reformado, y además de dedicar parte de su superficie para aparcamientos, tendrá un restaurante donde se podrá probar la carne o el pescado que se vende en los puestos del mercado.