A principios de febrero, una intensa borrasca azotó California, dejando tras de sí un panorama de destrucción y preocupación, especialmente en zonas costeras como Dana Point, en las afueras de Santa Bárbara.

Las fuertes lluvias han causado estragos en la infraestructura y el paisaje, poniendo en peligro varias mansiones millonarias ubicadas en una exclusiva área residencial a lo largo de Scenic Drive.

Las imágenes capturadas por el piloto de drones Tarek Jadeba revelan una situación alarmante: tres mansiones, cada una valorada en aproximadamente 16 millones de dólares (unos 14.911.277 euros), se encuentran al borde de un acantilado de 45 metros de altura sobre el nivel del mar.

El impacto de las lluvias ha provocado que el terreno se desplace, llevando el jardín trasero de una de estas lujosas propiedades al límite del precipicio.

A pesar de la aparente inminencia de un desastre, uno de los propietarios aseguró al New York Post que su vivienda «se encuentra en buen estado y es segura». Esta afirmación parece reflejar un consenso entre las autoridades locales y los residentes de que, a pesar del riesgo evidente, las estructuras de las mansiones aún no han sufrido daños significativos.

Mike Killebrew, administrador municipal de Dana Point, intentó tranquilizar a los ciudadanos y a los medios asegurando que, según las evaluaciones actuales, «no hay estructuras en peligro» y que el acceso lateral a la playa parece no haberse visto afectado.

Sin embargo, el director de Obras Públicas de la ciudad expresó su preocupación ante la posibilidad de que la erosión continúe avanzando hacia las propiedades. Aunque las casas todavía no están afectadas directamente por la erosión, la proximidad del deslizamiento es motivo de inquietud.

Este suceso pone de relieve la vulnerabilidad de las zonas costeras de California ante fenómenos meteorológicos extremos, así como la importancia de una gestión del territorio y una planificación urbanística que tengan en cuenta el cambio climático y sus consecuencias. Las autoridades locales están monitoreando la situación de cerca, preparadas para actuar en caso de que el riesgo para las propiedades y sus habitantes aumente.