Portugal emerge como un faro de esperanza en el sur de Europa, demostrando una notable resiliencia tras las dificultades de la crisis financiera de 2008. Inicialmente clasificado junto con otros países afectados bajo la etiqueta despectiva de los ‘PIGS‘, Portugal ha protagonizado una sorprendente transformación que merece atención y reconocimiento.

LA MEJORA ECONÓMICA DE PORTUGAL

La transformación económica de Portugal es palpable en sus indicadores clave, que relucen con un brillo renovado. Portugal ostenta un superávit presupuestario y una deuda pública por debajo del 100% del PIB, una hazaña que lo distingue como líder en la región. Además, su deuda goza del prestigioso grado de inversión ‘A’ otorgado por todas las agencias de calificación crediticia.

El resurgimiento económico portugués se evidencia en su vigoroso crecimiento y una tasa de desempleo envidiablemente baja en comparación con sus vecinos del sur de Europa. Con un impresionante crecimiento del PIB del 6,8% en 2022 y un crecimiento continuo del 2,3% en 2023, Portugal lidera el camino hacia la estabilidad económica. Su tasa de desempleo, situada en un modesto 6,6%, refleja una economía vibrante y en crecimiento constante.

ADIÓS A LA DEUDA

El milagro de la deuda portuguesa no pasa desapercibido para los observadores financieros, quienes ven en Portugal un modelo a seguir. La reducción drástica de su deuda pública, que ha caído por debajo del 100% del PIB, contrasta con la situación de otros países como España. La reciente mejora en la calificación crediticia de Portugal a ‘A-‘, subraya la confianza de los mercados en su futuro económico.

El éxito de Portugal no es fruto del azar, sino del compromiso con las reformas estructurales, la disciplina fiscal y un crecimiento económico sólido. Su gestión prudente del gasto público ha llevado a superávits fiscales y una reducción significativa de la deuda. Este enfoque responsable, combinado con un panorama económico prometedor, coloca a Portugal en una posición privilegiada en el escenario europeo.

A medida que Portugal continúa desafiando las expectativas y trazando su propio camino hacia la prosperidad, su historia económica se erige como un faro de esperanza en un continente marcado por la incertidumbre. Con una visión clara y una determinación inflexible, Portugal demuestra que el renacimiento económico es posible incluso en los tiempos más oscuros.