Pedro, Juan, Sofía, Elías, Carlos, Maribel, son los nombres propios de algunos de los policías y guardias civiles que se quitaron la vida el año pasado. En total, seis policías nacionales y 10 guardias civiles.

La cifra desciende con respecto al año 2022, en el que 22 miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se suicidaron. Para Independientes de la Guardia Civil ,IGC, a pesar del descenso, las cifras siguen siendo preocupantes.

El profesor titular de Derecho Penal y Criminología de la Universidad de Granada, Miguel Ángel Cano, autor del un estudio sobre el llamado ‘Síndrome del Norte‘, apunta a la presión a la que se veían sometidos los agentes en el País Vasco durante los años duros de ETA. Hoy, los motivos y el enfoque, consideran los expertos, han cambiado.

El criminólogo José Navarro Esteve cree que se trata de un colectivo que se enfrenta día a día a la criminalidad en todas sus facetas, lo que les hace «estar sometidos a un nivel de estrés superior al resto de profesiones».

En Julio de 2018, desde la Dirección General de la Guardia Civil, se activó un protocolo con medidas específicas ante la aparición de situaciones de naturaleza psiquiátrica, psicológica o ante conductas anormales.

Dos años después, La Policía Nacional aprobaba el Plan de Promoción de la Salud Mental y Prevención de la conducta suicida para, en última instancia, disminuir la cifra de suicidios en la institución.

A pesar de estos protocolos, apuntan sindicatos y asociaciones, que las cifras continúan siendo elevadas. Los expertos señalan a la falta de formación psicológica, el contacto permanente con la violencia y la muerte, la posesión de armas, el factor geográfico en desplazamientos o la falta de conciliación familiar.

URGE ADOPTAR MEDIDAS PARA EVITAR MÁS MUERTES

La Asociación de Independientes de la Guardia Civil considera prioritario adoptar, de manera urgente, una serie de medidas para corregir esta estadística negra para el colectivo policial.

Solicitan a la Administración que los protocolos de prevención de suicidios estén sometidos a un continuo seguimiento, en especial al tipo de trabajo policial que realizan los agentes bajo situaciones de gran presión y estrés.

«Es importante que los Guardias Civiles puedan recurrir a un servicio psicológico externo a la propia Guardia Civil, ya que el simple hecho de exponer su situación ante un superior jerárquico podría llegar perjudicarle en su puesto de trabajo», explican desde esta asociación.