Estos días pasear junto al río Ebro en Zaragoza sorprende a casi todos por un fenómeno curioso: el agua del río adquiere un color marrón característico en ciertas ocasiones. El fenómeno ya ha generado preguntas entre los habitantes y los visitantes de la ciudad por la tonalidad tan fuerte del río. Esta situación se debe a varias causas que los expertos justifican y recuerdan que es habitual en algunos momentos del año.

Una de las razones más comunes para el color marrón del río Ebro es la presencia de sedimentos en el agua. El Ebro es un río caudaloso que arrastra una gran cantidad de sedimentos a lo largo de su curso. Estos sedimentos, que incluyen arena, arcilla y otros materiales suspendidos, pueden darle al agua un aspecto turbio y marrón. La sedimentación es especialmente notable durante períodos de lluvias intensas o deshielo, cuando el río transporta una mayor carga de sedimentos; y esto se justifica por las últimas lluvias intensas debidas a la DANA de mediados de junio.

Otro factor que puede contribuir al color marrón del río Ebro en Zaragoza es la contaminación. La actividad humana, como la industria, la agricultura y el transporte fluvial, puede introducir sustancias y partículas en el agua que alteran su color y calidad. Los vertidos de residuos industriales, aguas residuales sin tratar o la erosión del suelo debido a prácticas agrícolas inadecuadas pueden afectar la apariencia del agua y darle tonalidades marrones.

Y por otro lado, el río Ebro recibe varios afluentes a lo largo de su curso, y algunos de ellos pueden tener aguas más turbias o con sedimentos. Cuando estas aguas se mezclan con las del Ebro en Zaragoza, pueden contribuir al color marrón del río en esa zona.

El color marrón del río Ebro en Zaragoza no significa necesariamente una falta de calidad del agua o un peligro para la salud. Sin embargo, las autoridades competentes de la Confederación Hidrográfica del Ebro vigilan la calidad del agua de manera regular para garantizar su adecuado tratamiento y protección.

    Por lo que el color marrón del río Ebro en su paso por Zaragoza no es nada excepcional ni debe generar preocupación. Se puede atribuir -principalmente- a la sedimentación de materiales arrastrados por el río, la contaminación de origen humano y la mezcla de aguas con diferentes características. Aunque el fenómeno puede resultar llamativo, no hay riesgo para el consumo humano, industrial y agrícola.