En el corazón de la Avenida César Augusto, en Zaragoza, yace un vestigio del esplendor cultural que alguna vez fue el Teatro Fleta.

Erigido entre 1954 y 1955 por la visión del arquitecto José de Yarza y García, este majestuoso edificio inició su existencia como el Gran Teatro Iris. Sin embargo, en 1958, en un acto de homenaje al ilustre tenor aragonés Miguel Fleta, que había dejado su huella en las tablas del antiguo Teatro Iris Park en 1935, el lugar adoptó su nombre actual.

Con un aforo impresionante de 1.710 butacas y un escenario de 16 metros de ancho, el Teatro Fleta fue una joya arquitectónica destinada tanto para la representación teatral como para la proyección cinematográfica. Se erigió como uno de los escenarios más grandes de España, hasta que a finales de los años 90, con la última proyección de ‘La Máscara del Zorro’, cerró sus puertas.

Fuente: Gran Archivo Zaragoza Antigua

A pesar de su grandeza, el destino del Teatro Fleta tomó un giro incierto. Catalogado en 1986 por el P.G.O.U. de Zaragoza y reconocido en 1996 por el DOCOMOMO Ibérico como una de las cinco obras más importantes del Movimiento Moderno en Aragón, el teatro cayó en un estado de deterioro lamentable. En 1998, el Gobierno de Aragón adquirió este emblemático lugar por más de 7 millones de euros, pero desde entonces, diversas propuestas para su rehabilitación no lograron materializarse.

En el año 2000, un concurso de ideas para su rehabilitación fue ganado por el arquitecto Basilio Tobías Pintre. Sin embargo, las excavaciones revelaron problemas constructivos que obstaculizaron su ejecución, y las obras se paralizaron en 2003. El Teatro Fleta, ahora solo conservando su fachada original apuntalada, se ha convertido en un testamento de la lucha entre los intereses políticos y económicos, que han dejado este símbolo cultural en el limbo de la memoria colectiva.

LAS IDEAS PARA EL GRAN TEATRO FLETA

Las propuestas para darle un nuevo propósito, como sede del Centro Dramático Aragonés, la Filmoteca de Zaragoza, o incluso como el Auditorio de la Sociedad General de Autores, han quedado en meras ideas. Mientras tanto, las estructuras que antes resonaban con el bullicio de la cultura aguardan con paciencia una necesaria y merecida restauración que les devuelva su pasado esplendor, recordándonos la importancia de preservar nuestro patrimonio cultural para las generaciones venideras.

Edificio del antiguo Gran Teatro Fleta en la actualidad

Ahora, la asociación Aragón Despierta, reclama una solución para el edificio que «continúa en el olvido, sin proyecto de recuperación», según comunicaron recientemente en una nota de prensa.

«El inmueble urge un plan de restauración, rehabilitación y usos públicos desde hace años, pero nadie parece estar demasiado interesado en asumirlo», indican. Catalogado en 1986 Bien de Interés Cultural por sus características arquitectónicas, «el Teatro Fleta sigue siendo una auténtica asignatura pendiente con la ciudad».

«Con el paso del tiempo, la imagen del Fleta es la misma, por lo que volvemos a reclamar la recuperación de este emblemático edificio a través de un proyecto que sirva para devolver a la ciudad no sólo un edificio emblemático con elementos de gran valor arquitectónicos que aún se conservan, sino también una serie de usos públicos y ofertas culturales relacionados con el teatro y el cine que pongan a Zaragoza en el lugar que le corresponde en este ámbito».