«Zaragoza necesita una canción. ¿Quién conocería Casablanca si no fuera por la película? ¿O las grandes canciones New York, New York? ¿Por qué Barcelona se gastó un dineral en que Freddy Mercury ya fallecido en las Olimpiadas cante Barcelona con Montserrat Caballé? Eso es imagen, es identidad«.

Esta reflexión del profesor y experto en ciudades, José Antonio Ondiviela, refleja la falta de impacto que tiene Zaragoza de cara al exterior. Más allá de las fronteras nacionales. El impacto de la música y las canciones es un potenciador de la identidad de las ciudades. La realidad es que si buscamos una canción representativa de Zaragoza no hay nada. «Estaría bien si Héroes del Silencio o Amaral hicieran una canción hablando de Zaragoza», explicó Ondiviela.

Este experto ha sido recientemente fichado por la alcadesa Natalia Chueca como asesor externo, mientras sigue vinculado a Microsoft como uno de sus expertos mundiales.

UNA CANCIÓN PARA ZARAGOZA

A lo largo de la historia musical, numerosas ciudades alrededor del mundo han sido inmortalizadas a través de canciones que han capturado su esencia y espíritu. Estos temas no solo sirven como homenajes a dichas urbes, sino que también permiten que las personas, sin importar dónde se encuentren, se sientan conectadas con ellas, o incluso las descubran por primera vez.

El ejemplo más icónico, sin duda, es «New York, New York», popularizada por Frank Sinatra. Esta melodía no solo celebra la energía y el espíritu indomable de la «Gran Manzana», sino que se ha convertido en un himno no oficial de la ciudad, y evoca imágenes de rascacielos, luces brillantes y la promesa del sueño americano.

Sin embargo, Nueva York no es la única ciudad que ha sido inmortalizada de esta manera. «Viva Las Vegas» de Elvis Presley rinde homenaje a la ciudad del pecado con su vida nocturna sin fin y sus luces deslumbrantes. «I Left My Heart in San Francisco» interpretada por Tony Bennett, por otro lado, captura la melancolía y el amor hacia la ciudad de la bahía. Mientras que en Europa, «London Calling» de The Clash invoca la agitada energía punk de la capital británica en la década de 1970.

Pero, ¿qué sucede con aquellas ciudades que aún no tienen una melodía que las represente en el panorama internacional? Zaragoza, una ciudad con milenaria historia y una mezcla de culturas desde hace siglos en España, es una de ellas. A pesar de ser una de las principales ciudades de España y tener una rica tradición cultural y arquitectónica, no ha sido ampliamente celebrada en la música popular. En España hay casos y casos. Comparado con la falta de canciones populares en Zaragoza, la ciudad de Sevilla, Madrid o Barcelona cuentan con letras sobre sus ciudades. O Cadiz, Málaga…

Una melodía que celebre a Zaragoza podría centrarse en sus monumentos emblemáticos, como la Basílica del Pilar, la puerta del Carmen o el Parque Grande, o en sus festividades tradicionales, como las Fiestas del Pilar. Tal vez incluso podría evocar el río Ebro, que atraviesa la ciudad, y las leyendas que lo rodean.

La música tiene el poder de transportar a las personas a lugares que quizás nunca hayan visitado y conectarlas con la esencia de esas ciudades. Mientras algunas urbes ya tienen su himno musical, otras, como Zaragoza, esperan ser la musa de un compositor que capture su alma en notas y letras.